Solo Conocidos. (C.M)

11

Llevaba postrada cinco horas en una computadora,  contestando Gmail’s, cancelando juntas, confirmando entrevistas y respondiendo a fans locas.

—¿Si? —contesté el teléfono

—¡Soy su fan coronel Morgan! ¡Hágame un hijo!

Colgué riéndome, las mujeres estaban locas.

—Lo lamento, s-señora. — dijo Laurens colgando

—¿Qué te pasa?

—La esposa del coronel quiere hablar con él, pero él siempre me pide que le diga que no está.

—¿No tienen buena relación?

—No, ella es una horrible mujer y lo amarró fingiendo estar embarazada.

—Dios… que locura de persona. —hice una mueca

—Ya es hora de irnos.

—Lo era hace una hora. —murmuré

—Siempre me quedo más tiempo.

Recogí mis cosas, fui al parqueadero y rodé los ojos al ver al coronel ahí.

—Si vienes a pedirme que te lleve no lo haré. —me dijo y me reí

—Tengo mi propio auto, coronel. Hasta pronto.

Me subí y arranqué yéndome al aeropuerto. Salí del auto y saqué mi maleta.

—Hola, perdón por tardarme. —saludé a Rachel— ¿Y Sabrina?

—Su avión se fue ya, me dijo que me quedara esperándote.

—No te hubieras molestado, pero vamos ya.

—Tenemos que esperar al marido de Sabrina.

—¿Lo conoces? ¿Cómo es? Sabrina me ha hablado maravillas de ese tipo.

—Es un cabrón. —soltó y me reí— Lo siento, pero no me agrada.

—Bueno, si lo dices es por algo…

Me entró una llamada de Sabrina y respondí.

—Embarquen ya, mi marido ya cogió su avión privado.

—Okey.

Rachel y yo tomamos el vuelo y nos sentamos juntas.

—¿Cómo vas con Bratt?

—Bien… aunque creo que es notorio que su familia no me quiere ver ni en pintura.

—Martha era así conmigo al principio, después me agarró cariño, seguro será así contigo. —le sonreí— Pero por ningún motivo dejes que te pisoteen.

—No lo haré, tranquila.