10 segundos antes del amanecer

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No quizo decirle nada a la policía, ni a sus padres, ni tampoco tuvo energías para fingir que todo estaba bien. Tom sentía que nada importaba porque sentía que había perdido algo. ¿Dramático? No toleraba el contacto físico. ¿Tal vez había perdido la cordura? No poder tener sexo con mujeres le hacia perder la cabeza. ¿Estrés post-traumático? Todo podía ser.

Todo podía ser porque se sentía enfermo de la cabeza, sentía asco por si mismo. Cuando se lo contó a su mejor amigo, lloraba del asco que sentía por si mismo.

"¡¿Qué clase de enfermo acaba con su hermano?! ¡¡Soy un asco, Andy soy un asco, estoy enfermo, mi cuerpo esta enfermo!! ¡¡Tres veces!! ¡¡Tres!! ¡¡Porqué tres!! "


No importo cuantas respuestas científicas Gema buscó en internet sobre el cuerpo masculino y los estímulos sexuales en la violación. No importo cuantas cosas asquerosas Andreas le contó de si mismo, de sus amigos, no importo nada. Nada podía justificar para Tom lo que pasó ese día. Nada podía sacarle el asco mental y físico del recuerdo vivo de la boca de su hermano en si mismo. El recuerdo de su garganta, y la electricidad que sentía cuando terminaba en su boca.

Tom comenzó a beber en su casa y dejar de comer con su familia. Pasaba días enteros en lo de Andreas sólo para evitar a su familia, y como Andreas tenia su quincho, tampoco lo veía a su amigo. Andreas le respetaba pero también se preocupaba.

Las luces la encandilaban, Gema tenia ojos muy claros y eso hacia que no pudiera ver bien. Sus amigos le hablaban pero ella no podía sacar la mirada de ese brabucón tonto de su colegio. Ese era amigo de Bill. Lo sabia porque era él único con tatuajes en la cabeza de toda la escuela y él único que vendía droga pesada. Su teléfono sonó y sacó su celular para llevarlo a su oído.

—Diga.

—Amor, no pude convencerlo. Asique recién estoy saliendo de casa. Seguro llego en 30 si no hay tráfico.

—Mejor que no venga, creo que el hijo de puta está acá. —Exhaló el humo del cigarro sin quitar los ojos de aquel pelón tatuado que se dirigía a su izquierda.

—¡¿Bill está ahí?!

—Se. —Inhalo. El pelón se metió al vip de aquel club nocturno. Era un club al aire libre, enorme, de los mas grandes ya que tenia varias pistas y muchos dj's famosos venían a tocar los sábados.

—¡Mierda! Gema, quédate con los chicos, no quiero que estés ni cerca de ese enfermo. ¿Lo viste?

—No lo vi, pero su grupete esta acá.

—Espérame. Evítalo a toda costa.

—Si amor.

—¡Prométemelo! ¡Te conozco, ni una palabra Gema!—Gema suspiró.

—Si amor. Lo prometo. — Exhalo el humo, viendo que conocía al patovica del vip donde estaban los trastornados.

—¿Andy? —Preguntó su amiga. Gema asintió sonriente, mientras le sacaba su vaso y hacia fondo blanco. —¿Qué tanto quería?

—Romper las pelotas.—Le devolvió su vaso vacío. — Voy al baño, ya vuelvo.

Gema comenzó a caminar por entre la gente y a mirar por donde podía pasar sin serle infiel a su novio por unos segundos. Vio una de las cintitas divisoras sin nadie cerca, y detrás de ella, el vip que estaba escalones más arriba y tenía conexión con otra pista, tenía una de las placas de vidrio bastante rota cerca de su fierro. ¿Era eso un agujero? Segundos más tarde ya estaba intentando pasar medio cuerpo por ahí. Ella era una persona bajita.

-Fear-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora