Capítulo 35

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Pov's Alice

El sonido del reloj no dejaba de hacer eco en todo el lugar mientras las manecillas se movían lentamente provocándome una irritación impresionante. He estado en la enfermería desde hace un par de horas, después de la discusión la profesora Kimball me trajo aquí para que me revisaran la nariz y pararan la hemorragia.

Ahora solo estoy con una vendas en mi nariz mientras observo hacia el cielo. Cierro los ojos cansada, me duele la cabeza de solo escuchar el ruido incesante del reloj, justo al hacerlo en mi mente aparece mi madre entrado al internado junto a mi padre.

Con dolor intento inhalar mejor para reconocer un olor que comienza a inundar mis pulmones, mi madre está aquí junto a mi padre. Él olor cítrico tan peculiar en ella solo me hace sonreír mientras que la mezcla del olor de mi padre con su peculiar madera no hace otra cosa más agrandar esa sonrisa.

Ellos están aquí. Con dificultad me levanto de la camilla y camino lentamente hacia la puerta, al abrirla me recargo lentamente en el umbral mirando hacia la derecha en donde muchos alumnos caminan de un lado a otro perdiéndose entre los pasillos.

- Me alegro de que estes mejor Hansley – cuando volteo al lado opuesto ahí esta la profesora Kimball mirándome con sus profundos ojos azulados.

- Si, prefiero retirarme – le digo seria abriendo la puerta por completo saliendo al fin.

- Es necesario que me acompañe a dirección, ahí la espera la directora Edevane – me dice seria señalándome la salida del castigo, yo solo le doy una mirada fugaz antes de salir de ese lugar.

La profesora y yo comenzamos a caminar hacia el edificio central del internado, ubicado justo del otro lado del lugar en donde estamos. Ninguna hablo en todo el camino y cuando llegamos al edificio la profesora fue la primera en entrar permitiéndome observar el contoneo pronunciado de sus caderas, parece un baile con la forma en que las mueve.

Distraída en la señorita Kimball y sin prestar atención al lugar en donde estoy, choco directamente contra un cesto de basura. Con los colores subiendo a mi cuerpo rápidamente acomodo el bote que moví un poco mientras observo a mi alrededor cuidando de haber sido vista por alguien más en esta situación penosa.

Cuando me siento un poco más tranquila intento apresurar mi paso para alcanzar a la profesora, al hacerlo entro con ella al elevador. Ambas quedamos en silencio y a solas en ese elevador, incomoda me remuevo en mi lugar mientras observo el reflejo de Kimball en el brillante metal.

Ella es una mujer muy bella, tengo que admitirlo, pero su juventud es algo me sorprende en ella. Esta mujer parece que no envejece y se ha quedado atrapada en sus veintitantos años.

- ¿Sucede algo? – me pregunta seria antes de embozar una pequeña sonrisa coqueta.

Es la primera vez que la veo sonreír lo que me provoca mayor incomodidad.

- No, todo está bien – le respondo seria provocando en ella que su sonrisa se transforme en algo un poco más sensual.

- Así es que Hansley, hija de la gran Irene Rushforth – dice con un tono de voz muy coqueto la profesora Kimball.

- Para mi solo es mamá – le respondo nerviosa al sentir como la profesora se acerca aún más a mí.

- ¿Por qué te pones nerviosa? – su mirada parece querer adentrarse en mí – pensé que tenías más agallas – sus palabras solo me incomodan más.

Cuando las puertas del elevador se abren salgo despavorida de la caja metálica y permitiéndome respirar con tranquilidad. La profesora Kimball sale siguiéndome los pasos mientras me toma del hombro obligándome a verla a los ojos.

Lady BirdwhistleNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ