Capítulo 4

188 12 0
                                    

El canto de los pájaros se escucha por toda la habitación mientras que la luz del día comienza a colarse por la cortina de la ventana a toda la habitación. Con dificultad abro los ojos sintiendo incomodidad de la luz que llega a mi retina.

Llegué ayer por la noche al internado, después de once largas horas de viaje aterricé en tierras galesas. Cuando pisé el internado por primera vez solo se presentó la subdirectora y la profesora encargada de guiarme durante toda mi estancia en el instituto, debido a la hora que llegué no tuve la oportunidad de conocer las instalaciones, solo me entregaron mi horario, los uniformes y una rápida bienvenida además de llevarme a la habitación donde viviría mis próximos meses.

Dos golpes en la puerta de la habitación llamaron mi atención, del otro lado solo se escuchaba en sonido de las puertas de las habitaciones cerrarse con fuerza y algunos murmullos.

— Señorita Hansley son las siete y cuarto de la mañana y aun no se ha presentado en la cafetería – la voz de la profesora Patel, mi tutora, se escucha del otro lado de la puerta.

No contesto, solo escucho su voz. Cuando ella terminó de hablar el sonido de sus zapatos hicieron eco por el pasillo vacío; ayer cuando la profesora Patel me trajo a la habitación me entregó un juego de hojas con el reglamento de la institución, en la primera hoja donde explicaban las reglas más importantes e irrompibles estaba asistir en tiempo y forma a la cafetería.

La primera hora programada para el desayuno es de siete a nueve de la mañana, los estudiantes debemos de vestir el uniforme de la institución y portar el cabello agarrado. Todo muy diferente a la hora de la comida donde se puede ir vestido de forma casual. La cena por último parece ser un evento importante, se exige a los alumnos vestir formales y elegantes.

Me levanto de la cama con pesadez, la habitación se encuentra hecha un desastre, todo esta dentro de cajas, solo hay un juego de sabanas y unas mantas sobre una silla.

Busco entre las cajas el uniforme que me entregaron, ayer cuando me quedé sola en la habitación dejé botadas las bolsas sobre una caja. El internado tiene seis uniformes además de algunas camisas, gorras y sudaderas, como yo entré después del inicio oficial de clases y al no haber estado antes los directivos me entregaron todos los uniformes que los alumnos recibieron para las distintas ocasiones.

— ¿En qué momento decidí aceptar venir aquí? – gruño en voz alta cuando encuentro los uniformes.

Comienzo por cambiarme mientras miro todo lo que tengo que acomodar al terminar mis clases. Al terminar tomé mi celular y las llaves de la habitación antes de salir.

El pasillo esta solo, no hay ningún estudiante merodeando me imagino que ya todos deben de estar en la cafería. Al final del pasillo esta el elevador, camino a paso rápido hacia este para poder bajar al piso principal, el eco de unos zapatos acercarse desde otro pasillo unido a este llaman mi atención.

Un chico alto de cuerpo atlético se acerca decidido hasta el lugar en donde estoy yo, sus ojos verdes me miran curiosos e intrigados, su nariz parece aguadar un poco de piel antes de regresar a la normalidad mientras muerde su labio inferior.

— Vaya, nueva estudiante – su claro acento francés se hizo presente.

— Hola – saludo por cortesía.

— Hace mucho que el internado no tiene estudiantes nuevos en grados avanzados – confesó el chico llegando justo frente a mí – por cierto, soy Luc Laurent – se presentó imitando una reverencia.

— Alice Hansley – me presento como respuesta.

— ¿Estadounidense?

— ¿Frances? – le respondo con otra pregunta provocando risas de ambos.

Lady BirdwhistleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora