Capítulo 23

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El ruido en el exterior me hizo moverme de la cama, las sirenas de patrullas policiacas me hicieron abrir los ojos de golpe. Rápidamente me levanté de la cama asustada, casi suelto un grito al ver a mi vecino parado frente a mí, de no ser porque me puso su mano sobre mi boca ese grito se hubiera escuchado por todo el internado.

Él me hizo una señal indicándome que guardara silencio, sin hablar él tomó la pequeña pizarra de mi escritorio y comenzó a escribir muy rápido.

"Te desmayaste y fui por ti antes de que alguien más te encontrara. Sin embargo, el padre de Murilo llegó para la cena buscando a su hijo y no lo encontró, después se pusieron a buscarlo por todo el internado y solo encontraron su teléfono y la chamarra que traía puesta aquí afuera del edificio de las conejitas" decía la pizarra, cuando terminé de leer él rápidamente borró todo y comenzó a escribir de nuevo "Llamaron a la policía y ahora están investigando en donde está el niñato, nunca lo van a encontrar. Al menos no por el momento, pasara tiempo hasta que lo encuentren y en lo que sucede eso yo ya me encargué de borrar todo rastro de evidencia, pero estoy atrapado aquí. Si me ven me van a dar cuello porque siguen casi todos los padres en el internado, con este suceso los directivos van a dejar ir a los estudiantes a sus casas por tres días en lo que arreglan las cosas, pero eres una sospechosa"

Él simplemente se encoge de hombros nervioso, se nota que no sabe que hacer para salir del lugar.

"Cerré la puerta con seguro, ya han venido dos veces a tocar porque no te encuentran y necesito que huyamos por el aire acondicionado hasta la terraza. Solo que no podemos hablar porque hay oídos por todas partes" me muestra el pequeño espacio por donde solo puede salir un diminuto animal.

Wilfred deja la pizarra a un lado y camina directo hacia la pequeña lampara de noche para apagarla. Quedamos en penumbras y él inmediatamente se acerca al aire para quitar la pequeña reja sin hacer mucho ruido.

Él me hace señales con la mano para que me acerque e inmediatamente se transforma en un murciélago, dejándome muda, completamente sin palabras. Nunca pensé que se pudiera hacer eso y con su acción solo me deja sorprendida por lo que puede ser.

Me acerco lentamente y él me hace una señal para que imite su acción, sin embargo, solo niego con la mano tratando de decirle que no se como hacerlo. Él intenta explicarme con sus alas como hacerlo, el ruido de unos pasos acercarse a mi puerta nos pone en alerta y eso solo provoca que él me presione para que lo intente.

Ni lenta ni perezosa, para evitar problemas intento hacerlo de varias formas posibles hasta que por suerte siento mi tamaño disminuirse y en un intento hago lo que él me indica escapándonos por completo de mi habitación.

Ambos logramos salir por completo llegando a la terraza, cuando lo logramos volamos por la oscuridad del lugar hasta bajar a una parte del bosque un poco lejana del edificio Kinda. Cuando aterrizamos inmediatamente siento como regreso a mi tamaño normal.

- Tenemos que encontrar una excusa para tus chupetones y el fuerte olor del chico – susurra casi en un hilo de voz Wilfred – pero no te preocupes, yo ya encontré una solución.

- No pienso dejarme tocar por usted – le susurro alejándome de él.

- No me interesas de esas manera Alice, encontré a un chico del pueblo que hipnoticé – me confiesa en un murmullo – cuando te dejé en el bosque me fui directo a borrar todo rastro de evidencia, me había despedido de mi hija desde temprano – él camina lentamente hacia una roca gigante de donde saca a un chico completamente ido de sí – yo ya le hice creer una historia en donde te conoce y tienen una linda velada en el auto.

- Debe estar de broma – le digo preocupada mirando al chico.

- No, de hecho, ya tengo el auto de él estacionado a unas 8 millas del internado. Quiero que piensen que te fuiste con él cuando nadie se dio cuenta.

Lady BirdwhistleWo Geschichten leben. Entdecke jetzt