CAPITULO 13

11 3 0
                                    

Acompañado de Ignacio, Tucker entra a la empresa, camina rápidamente y de un golpe abre la puerta de la sala de juntas donde París está reunido con socios tailandeses. Todos voltean a verlo. Cuando París voltea, siente que su presión sanguínea aumenta rápidamente. Tucker le aseguró que iba a morir, le creyó tanto que mandó a hacer dos placas para ponerlas en la empresa en su honor después del funeral.

Tucker saluda a sus socios y la reunión comienza. París está tan sorprendido que durante toda la reunión no hace nada más que beber agua; al parecer sus planes fueron saboteados.

Después de unas cuantas firmas, los tailandeses se despiden de los empresarios, Tucker se queda a solas con París.

—¿Qué fue eso?—pregunta París, molesto. —¿Qué haces aquí?

-¿Qué hago aquí?-Tucker cierra un folder- Es mi empresa puedo venir cuando se me pegue la gana.- Responde con voz burlona.

París abandona su silla y camina hacia la ventana.

-Tucker ya sé que es tu empresa, no tienes que restregármelo. Pero, dijiste que todo estaba listo, ¿no era lo que tanto deseabas? ¿Otra vez lo impidió Mikhail?

Tucker sube los pies a la mesa, el destino sigue negándole la muerte.

-Sí, lo deseo. Solo que esta vez hubo cambio de planes

A París la curiosidad lo inunda.

-¿Planes? ¿De qué?

-Planes Paris, solo planes.- Tucker baja los pies y se levanta de su asiento, toma los folders de los contratos.- Por cierto, me fui unos días y veo el personal desordenado, encárgate de eso.- termina y sale de la sala.

París ve a Tucker salir y tiene ganas de patear las sillas, aventarlas e incluso de golpear la mesa. Algo muy increíble sucedió como para que Tucker dejara de lado sus planes suicidas. En los pocos minutos que la reunión duró, Trovato notó que el semblante de su socio era otro, se veía relajado y sonreía más de lo normal. París no sabe cómo va a lograrlo, pero debe investigar los planes de Tucker. Tiene que saber quién o qué se atravesó en su camino.

Ax es un excelente dibujante. Esta habilidad le ha venido tan bien en su trabajo como detective que, cada vez que carece de información para encontrar a alguien, recurre a hacer un retrato hablado. El día que Tucker le llamó pidiéndole buscar a Vange, le pidió sus características físicas y, mientras el empresario la describía, él la dibujaba. Esa misma tarde, se adentró en los barrios Chicanos en su Ford Maverick 1970. Al principio nadie lograba darle información, pero luego de meterse la mano al bolsillo y sacar cien dólares, unos chicos le proporcionaron la dirección de su casa, su nombre completo y también la dirección de su trabajo.

- ¿Entonces qué encontraste?—pregunta Tucker nervioso.

Ax saca fotos de Vange en el trabajo, cerca de su casa y de su familia. Tucker se queda con la boca abierta al ver como Ax descubrió tanto.

-¿Qué?- Tucker toma las fotos y las ve.- ¿Cómo lo lograste?

-La dibuje, luego fui a varios barrios hasta que soborne a unos chicos de la calle y me contaron todo.

Una sonrisa se dibuja en el rostro de Tucker, Ax es un pésimo fotógrafo, pero Vange e incluso sin saber que alguien le tomaba fotos se ve increíble.

-¿Es bonita verdad?-pregunta Ax riéndose.

Tucker deja de sonreír.

-¿Qué? No.- niega Tucker. -simplemente me dio curiosidad... ¿Qué pudiste investigar sobre su familia?

El detective se acomoda.

- Resulta que en su familia eran cinco miembros, su mamá, su padrastro, su hermano Franklin, ella y su sobrina. Un chico me contó que su hermano fue asesinado, que viajaba en motocicleta y una camioneta lo aventó y después le pasó encima acabando con él. Nadie sabe los motivos. Me contaron también que los padres de Vange son unos hijos de puta, alcohólicos y buenos para nada, gracias a eso el gobierno decidió quitarles a la hija de Franklin y ahora está en un orfanato.

Ahora todo tenía sentido. Vange perdió a su hermano, su familia está perdida en su vicio y su sobrina en un orfanato. ¡Qué situación tan fuerte!

—Qué terrible—murmura Tucker.

Ax no sabe bajo qué circunstancias se conocieron Tucker y Vange; sin embargo, pese a su negatividad, las expresiones de Tucker reflejan demasiado interés, probablemente sea interés sentimental.

-¿Quieres hablar con ella?-pregunta Ax.

Tucker se sonroja.

-¿Qué? ¿Yo?

-Sí.- Afirma Ax.- Puedo planear un encuentro entre ustedes sin que ella se entere.

-¿En serio? ¿Cómo?- Tucker se sienta frente al detective.

-¿Tienes ropa sucia?

Latimore no se explica a que viene esa pregunta.

-¿Ropa sucia? ¿Eso que tiene que ver?

-¿Tienes ropa sucia si o no?

El joven se queda pensando, por supuesto, que tiene ropa sucia y bastante.

-Sí, si la tengo.

—Bueno, dámela. —Ax se pone de pie —No preguntes, ¿por qué? Solo déjamelo a mí, ¿ok?

Tucker acepta y antes de que Ax salga de su casa le entrega una de las fotos que había en el sobre donde está su padre con sus amigos.

-Ten.- le da la foto.- Ya supiste que Vidal me mando el sobre, ahora quiero que investigues todo acerca de los hombres de la foto.

- ¿Estás seguro? - pregunta Ax recibiendo la foto.

-Sí, todo. No importa cuanto te tardes ni las horribles cosas que puedas descubrir, necesito saber qué tienen que ver cada uno de ellos con la muerte de mi padre.

El detective sale de la mansión con una bolsa de ropa sucia y con más trabajo del que tenía antes.

Tucker no deja de ver las fotos que Ax le tomó a Vange, observa una donde ella se ve muy triste y suspira imaginando lo mucho que sufre al haber perdido a su hermano. Estos suspiros no son solo porque sí, Tucker Latimore, así como poco a poco crecían tus ganas de querer morirte en el pasado, crecen ahora tus ganas de querer saber cada vez más y más de Vange. Cuidado aquí, Tucker. Recuerda que tu propósito es morir, no vivir. ¿O acaso ahora quieres vivir?

UN BUEN DÍA PARA MORIRWhere stories live. Discover now