VANGE LENGIES

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No hay nadie en casa, Vange prende las luces de la sala y sube a su habitación; estaba muy segura de que el día de hoy su corazón daría sus últimos latidos. Tan segura que le escribió un mensaje de texto bastante largo a su amiga Daphne despidiéndose de ella, se quita el abrigo que el chico que conoció hoy le obsequio y se sienta frente al tocador. Como su vida no pasaría de los diecinueve años, se vistió de blanco y se maquilló fingiendo ser una novia. No se veía con ese vestido frente al altar, pero ¿por qué no morir vestida de novia?

Justo en el tocador, metida en el filo del marco que sostiene el espejo, está una foto de Franklin Lengies. La ve, la acaricia y el llanto se apodera de ella de nuevo. Franklin era su hermano y en este agosto cumple un año de muerto. En un principio, la policía afirmó que Franklin iba en estado de ebriedad a bordo de su motocicleta y que por esa razón no podían dar seguimiento a la investigación. Luego de insistencia por parte de Vange y varias pruebas, se logró comprobar que Franklin viajaba sobrio. Que viajaba a velocidad moderada y que la camioneta que le dio fin a su vida ingresó en su carril embistiéndolo para después de haberlo aventado volver y pasarle encima. Fue horrible. Vange llegó cuando la ambulancia levantaba el cuerpo de su hermano y recuerda en cámara lenta como al levantarlo su cabeza se deshacía.

Franklin tenía veintisiete años y era padre soltero, Diana, su hija, se quedó con él luego de que Abby su exnovia, lo dejara para mudarse a Canadá con otro hombre. Los primeros meses, Diana se quedó en la casa de Vange, pero el ambiente que se vive allí no es del todo bueno. El padrastro de Vange es un hombre alcohólico y violento. Su madre de Vange es sumisa y, gracias a su pareja también mala copa, ambos se pierden su vicio y esto, lejos de provocarle un mal a ellos, es la causa de que Diana fuese llevada a un orfanato.

Vange no se perdona al no dar con los asesinos de su hermano y tampoco tener las posibilidades económicas para recuperar a su sobrina. Siente que no 'puede más, siente que cada día que pasa, Diana está más cerca de ser adoptada y por eso, para no saber más se quiere morir.

UN BUEN DÍA PARA MORIRWhere stories live. Discover now