Wᴇ·ʀᴇ Dᴇᴍᴏɴs

76¦¦ 𝑳𝒐𝒔 𝑪𝒂𝒎𝒊𝒏𝒐𝒔

¿Por qué me miran así, compañeros? ¿Por qué siento que llevo sobre mis hombros la responsabilidad de honrar sus vidas?

¿Será que siempre ha sido así? ¿Está destinado que dé sentido a sus sacrificios?

¿Es este mi castigo por atreverme a cargar con esta carga?

¿Podré encontrar paz alguna vez más?

Me sobresalté un poco al sentir la mano de Levi tomar la mía. Sentía su mirada atenta, buscando la mía, pero no tenía la fuerza suficiente para encontrarme con ella.

No tenía la voluntad necesaria para dejar que una parte de nuestro vínculo muriera, como alguien me advirtió una vez. Asumir el mando implica renunciar a los deseos personales en favor de la humanidad.

Porque lo que yo quiero ya no importa. Mis necesidades deben centrarse únicamente en poner fin a esta guerra. Mis sentimientos ya no tienen cabida. He renunciado a una parte de mí... y de Levi también.

Negué ligeramente con la cabeza, contuve el aliento y reuní la fuerza para levantarme, ignorando el deseo de llorar por la pérdida de Hanji, el deseo de rendirme por completo, de gritar que no quiero hacer nada y abandonarlo todo. Suprimí la necesidad de buscar consuelo en los brazos del amor de mi vida y de pasar mis últimos momentos con él.

Me alejé de él, dirigiéndome hacia el frente del avión para concentrarme en lo que debía hacer.

Guiarnos hacia el mismo infierno.

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𝐄́𝐥
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No podía apartar la vista de Silvia. A pesar de que ha construido esa coraza a su alrededor, de que parezca estar pasando de mí o de que su existencia pareciera no importarle... no podía dejar de pensar en ella.

Porque sé que no está tranquila, que está haciendo un esfuerzo para evitar que sus sentimientos la invadan. Porque sé que su corazón sigue latiendo por mí, aunque no tenga el privilegio de demostrarlo y aunque yo lo tuviera, mostrarlo solo la lastimaría.

De igual manera, sabía que no era el único que la miraba con amor, porque cierto titán cambiante también estaba embobado con su belleza. Siempre lo he dicho, si fuera por Silvia, podría tener a incontables personas en la palma de su mano, sobre todo si hablamos de ese tal Reiner.

Al notar que observaba cómo la miraba, bajó la mirada rápidamente, intentando disimular que no sentía nada por ella, aunque fuera terrible intentándolo. Pero, no le culpo.

Sería demasiado hipócrita de mi parte desear que la olvidara y se alejara de ella cuando yo intenté hacerlo y no lo logré. Ese poder tenía Silvia sobre mí, una vez que entró en mi vida, jamás logró salir.

Aunque debería agradecerle al final del camino, porque cuando no estuve con ella, él la protegió. Le salvó la vida y sé que la seguiría protegiendo, porque no le importaba si ella no correspondía a sus sentimientos, ella era lo suficientemente importante para tener su atención o simplemente estar ahí con ella. Si estuviera en su lugar, estoy seguro de que estaríamos en las mismas circunstancias, como ahora.

No me importaba si una parte de nuestro lazo había perecido, porque la sigo amando. A la distancia o de cerca, mi vida siempre le ha pertenecido desde aquel día en que se la entregué.

Habíamos superado tantas situaciones, pero aún sin tener nada asegurado, sé que mi lugar es con ella, junto a aquellos ojos turquesa que amo y que me aman, aunque sea en silencio.

Porque mi vida siempre será tuya, Silvia Lenz, y siempre lo has sabido.

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𝐄𝐥𝐥𝐚
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