En Busca Del Cielo De Libertad

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Cecile y Krone progresaban en sus preparativos de escape entre las sesiones de entrenamiento. Ese día, como encargada de lavandería, Krone estaba ordenando las sábanas, toallas y uniformes ya secos, y los colocaba en un carro para distribuirlos en cada habitación. Las hermanas adultas eran responsables de las comidas, pero la limpieza y la lavandería en el centro de entrenamiento recaían en las aprendices. Como las cocinas estaban en un área diferente a la de la escuela, las comidas ya estaban preparadas. No era muy diferente de las comidas en el orfanato, pero como tomaba algo de tiempo entregarlas, la comida a menudo se enfriaba.
Al lado de ella, otra aprendiz sacaba silenciosamente la ropa recién lavada. Bajo la luz artificial de la lavandería, todas continuaban sus tareas sin detenerse.
Mientras contemplaba esta escena, Krone recordaba el orfanato.
Allí, siempre lavaban la ropa juntos, con las manos llenas de espuma. El olor a jabón, las sábanas secadas al sol y las risas de los hermanos y hermanas, todo le volvía y le hacía sentir el corazón hundirse.
Rápidamente apartó esos recuerdos.
Ahora no era el momento de sumergirse en el pasado. Clasificando las sábanas y la ropa una por una, Krone buscó algo.

(¿Qué?)

Su mano agarró un trozo de tela, luego otro idéntico.

(Ahí estaban...)

Encontró su felicidad en medio de la ropa

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Encontró su felicidad en medio de la ropa. Deslizó su botín entre su uniforme y el de Cecile, y lo llevó a su habitación sin mostrar nada. Antes de la cena, cuando vio a su amiga, se acercó a ella y le susurró:

_Está bien, los conseguí.

_Perfecto.

Por la noche, una vez de vuelta en su habitación, Krone desplegó sus hallazgos. Eran uniformes de cocineras.
En ese momento, hubo un suave golpe en su puerta.
El pomo giró lentamente, y pronto Cecile entró por la rendija.

_Bien hecho.

Dijo, sonriendo con todos sus dientes antes de sentarse en la cama. Levantó una de las prendas. Krone asintió.

_Primero, conseguir los uniformes.

Cantaron al unísono. Si salían del área del centro de entrenamiento con los uniformes grises que solían usar, serían descubiertas de inmediato.
En realidad, los uniformes de las hermanas habrían sido mejores, pero no solo Cecile tenía catorce años, Krone también sería notada de inmediato debido a su joven edad. Por eso optaron por el uniforme de las asistentes de cocina.
La diferencia de tamaño sería más discreta que con un vestido, y como tendrían que usar una mascarilla y una cofia, podrían ocultar fácilmente sus rostros. También conocían el camino desde el comedor hasta las cocinas, y el camino que llevaba afuera estaba en el camino. Al cambiar sus uniformes, incluso si iban a un lugar lejos del centro de entrenamiento, no llamarían tanto la atención.

_¿Y tú?

Krone trajo la única silla de la habitación y se sentó frente a su amiga.

_Observé durante toda la semana. En principio, las guardias nocturnas son cada tres horas. Comienzan desde el piso inferior y patrullan en dirección a las agujas del reloj.
Como las puertas de las habitaciones no están cerradas con llave, siempre que no te encuentres con los guardianes, puedes salir por la noche.
La parte más complicada son las cámaras.
Ya habían aprendido que se habían instalado en la entrada del centro de entrenamiento y en el exterior. Cecile levantó el pelo con una mirada molesta.

THE PROMISED NEVERLAND novels Y Extras(EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now