La Lista De Leslie Y La Noche Estrellada

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Isabella pudo regresar y cenar con los demás. Su tobillo parecía dolorido, envuelto apretadamente en vendas, pero Isabella actuaba como si nada hubiera pasado. Incluso cuando los otros niños ofrecieron ocuparse de limpiar después de la cena, ella hizo todo como de costumbre.

_¿Estás listo para irte, Leslie?

_Sí.

Ahora que la cena había terminado, el momento de su partida se acercaba.
Leslie terminó de empacar sus cosas en su maleta. Se había preparado lo suficiente como para que no le tomara mucho tiempo. Leslie miró la maleta, repleta de regalos de sus hermanos, con una sensación de satisfacción.
A su lado estaba su violín.
Había querido quedarse con el violín que solía tocar, tanto que le rogó a Mamá que se lo permitiera. Al principio ella parecía molesta, pero como Leslie casi nunca pedía nada, finalmente accedió con una sonrisa exasperada.
Había llenado la maleta con cosas que le traían recuerdos, y en la parte superior, colocó el cuaderno que contenía su lista.
Luego, Leslie cerró la tapa con un golpe. Apretándola, agarró el asa y la levantó. La maleta le pareció más pesada de lo que era físicamente por el peso de los objetos contenidos en su interior.

_Tus ropas nuevas se ven geniales.

Dijo Isabella, y Leslie tocó el uniforme que ahora llevaba puesto.

_¿De verdad?

Ya no llevaba su uniforme blanco, sino uno compuesto por una camisa y pantalones con una chaqueta a juego. Llevaba corbata por primera vez.

(¿Está torcida?)

Se preguntó, y se miró en el espejo. Su reflejo parecía más adulto de lo que nunca había sido antes. Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Leslie.
Toda la infelicidad que había sentido al pensar en dejar la Casa había desaparecido.
Con la maleta en una mano y el estuche del violín en la otra, bajó las escaleras. En la parte inferior, Mamá lo estaba esperando, y le entregó la maleta.

_¡Cuídate, Leslie!

_¡Escríbenos!

Sus hermanos, reunidos en la puerta principal, se despidieron de él uno por uno, y Leslie les correspondió.
Isabella observaba a su lado.

_Isabella.

Parado frente a la entrada, Leslie finalmente se volteó hacia la chica. Con el estuche del violín en una mano, le anunció:

_Isabella, incluso después de irme con mi nueva familia, seguiré practicando música.

Leslie ya no apartaba la mirada debido a la falta de confianza en sí mismo, y sus ojos brillaban silenciosamente con determinación y esperanza.

_Quiero estudiar música tanto como pueda y escribir muchas canciones.

Isabella asintió aprobatoriamente.

_Cada vez que componga una nueva canción, la escribiré como partitura y te la enviaré con mis cartas.

_De acuerdo. Supongo que será mejor que estudie cómo leer música, entonces.

Mientras Isabella sonreía, Leslie volvió a su expresión habitual de vergüenza.

_Y, um, cuando sea adulto y esté por mi cuenta...

Aún con la misma expresión tímida, Leslie sonrió.

_Vendré a verlos...

Isabella asintió nuevamente, feliz, ante la promesa que le hizo, y una sonrisa brillante iluminó su rostro.

_De acuerdo. Más te vale no olvidarlo. La próxima vez que nos veamos, yo seré quien te ayude.

Los ojos de Leslie se agrandaron mientras Isabella reía y decía:

THE PROMISED NEVERLAND novels Y Extras(EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now