VI - El Fin De Una Era

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De regreso al reino, Zeus y Diana acostaron a sus hijos y después se fueron a dormir, en medio de la noche Zeus se sintió muy angustiado y se fue a ver a sus hijos, ambos estaban dormidos. Zeus sonríe.

-Ya no puedo pedirle nada más a esta vida, estoy muy feliz, tengo a unos hermosos hijos y mi esposa está en la habitación de alado, alcancé el poder que tanto quise. Nada puede arruinar esto.

Zeus baja a la cocina a tomar agua, pero antes de tocar la puerta, siente la presencia de alguien más, rápidamente se da la vuelta y observa a un hombre sentado en una silla, detrás de él, viéndolo fijamente.

-¿Quién eres tú?- Preguntó Zeus.

El hombre no dice nada, solo lo está observando fijamente.

-¡Guardias!- Dijo Zeus un poco asustado.

-Ni te molestes en gritar, estas bajo mi control, la angustia que sentiste, es porte te atrape en mi hechizo, esto es un sueño.

-¿Me quieres matar?

-No hace falta que preguntes nada, únicamente vine por algo que te pertenece.

El hombre se pone de pie y rápidamente aparece delante de Zeus, mientras le sostiene la cara. En ese instante Zeus despierta asustado y despierta a Diana.

-Mi amor, ¿estás bien?

Zeus recuerda lo que dijo el hombre, reacciona y lo primero que piensa es en sus hijos.

-Los niños.

Zeus se levanta rápido de la cama y entra a la habitación de los niños, primero levanta a Ars.

-Ars, hijo, ¿estás bien?

-Sí, ¿qué pasa papá?

Zeus se alivia.

-Nada, hijito, sigue durmiendo.

Ahora es el turno de Akari.

-Akari, mi amor, ¿estás bien?

-Sí, ¿qué pasa papi?

-Nada, mi amor, sigue durmiendo.

-No, como me despertaste me tienes que hacer dormir.

Zeus sonríe y se acuesta alado de ella, pero siente a alguien que lo toma de la camisa y ese era Ars.

-¿Tú también quieres dormir con papá?

-Sí.

Zeus sostiene a Ars y lo sube a la cama.

-Princesa, tendrás que acercarte a mí, porque el rey también va a dormir con nosotros.

Los minutos pasaron y Diana está sonriendo viendo a Zeus, Ars y Akari durmiendo juntos. Al amanecer Zeus le cuenta a Diana lo que pasó.

-Que extraño. Eso explica como te levantaste, no fui contigo porque corriste muy rápido y cuando llegué ya estabas aliviado.

-Por supuesto, lo primero que pensé fue en mis hijos, pero ahora que me doy cuenta, yo estoy completo, estas tú, están mis hijos, está el reino, no me hace falta nada.

-Entonces, ¿Qué te habrá quitado?

-La verdad no lo sé.

Zeus mira por la ventada, suspira, toma una pequeña roca, la lanza y activa su poder del rayo para desintegrarla con un pequeño rayo expulsado de su dedo. Pero el rayo no apareció y la roca se rompió cuando toco el suelo.

-¿Viste eso Diana?

-Sí, que raro que no haya salido el rayo... o tal vez.

Los dos se asustan y Zeus se ve en el espejo y vio como su poder del rayo desapareció de sus ojos.

-Me quitó mi poder.

Diana se asusta y abraza a Zeus y en ese momento entran Ars y Akari a la habitación, mientras jugaban.

-La verdad, estos poderes era lo que menos me importaba, hubiese preferido morir, que perderlos a ustedes, además creo que nos hicieron un favor, espero que no sean mis hijos, pero posiblemente la historia se hubiese repetido tarde o temprano. Ahora que reina la paz no los necesitamos, solo quiero disfrutar de mi familia, tener una vida normal, sin peleas, ni sangre y espero que los próximos herederos respeten este legado de paz y amor y que puedan tener una vida sin odio, venganza, celos y menos muertes.

El Dios los estaba observando.

-Perdón Zeus, pero tenía que respetar un trato.

Hace cien años.

-Si están a punto de morir tienen que decir, quiero volver a la vida o si quieren resucitar a alguien de la familia tienen que decir, regresa de la muerte a esta alma, pero con la condición de sacrificar un ojo, si el cuerpo no tiene ojos no puede ser resucitado y tampoco pueden resucitar las personas que mueren por enfermedades o por causas naturales. ¿Quedó todo claro?

-Sí, muchas gracias.- Dijo Paris.

-Por último, quiero decirles que estos poderes, yo se los iba a regalar, pero ustedes me pidieron un reino y solo les puedo obsequiar una cosa, por lo tanto, me los tendrán que regresar en cien años, me les voy a presentar a sus herederos con poderes y me los voy a llevar.

-Está bien.

-Quiero que sepan que estos ojos van a traer muchos problemas en sus vidas, porque los seres humanos se caracterizan por siempre querer más de lo que necesitan, estos ojos son llamados el vicio de la muerte, porque al sentirse invencibles, pueden convertirse en un vicio sin fin de muertes y de dolor.

-Estoy seguro de que si algún día alguien de las futuras generaciones es controlado por estos ojos o por la venganza, alguien siempre va a estar dispuesto a salvarlo.

-Si me das la mano, este trato se cierra.

El Dios extiende su mano y los tres hermanos se miran y Paris decidido también extiende su mano, cerrando el trato.

-Les deseo mucha suerte, con EL VICIO DE LA MUERTE.

FIN

EL VICIO DE LA MUERTEOù les histoires vivent. Découvrez maintenant