IV - Equivalencia De Intercambio

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En el reino de Darcy, Enrique encuentra a Sofía trabajando con unos papeles.

-Buenos días, disculpa ¿Estás ocupada? -Preguntó Enrique.

-No, para nada ya mismo acabo. -Respondió Sofía.

-Me preguntaba si ¿Quieres desayunar conmigo?

-Muchas gracias, me encantaría, solo dame un minuto para terminar de arreglar todo.

Enrique y Sofía van a un pequeño restaurante.

-Ahora que me doy cuenta, nunca nos presentamos. -Dijo Enrique.

Enrique extiende su mano.

-Mi nombre es Enrique Spencer y tengo veintidós años.

Sofía sonríe y le da la mano.

-Eres muy educado, mi nombre es Sofía Neville y tengo veinte años.

Enrique besa su mano.

-Tienes un nombre muy bonito. Por cierto ¿Te han dicho que tienes unos lindos ojos? Tu novio ha de ser mi afortunado.

-A pasar que apenas nos conocemos, eres muy lindo y no, no tengo novio, de hecho, nunca he tenido novio.

-No puedo creerte, eres una señorita realmente hermosa y no tienes novio ¿Acaso los hombres de este reino son ciegos?

-La verdad, siempre he estado en el castillo, casi nunca salgo y los hombres no se me acercan, porque dicen que soy la novia de Zeus y es mentira, únicamente somos muy buenos amigos.

Enrique suspira.

-Te voy a decir la verdad, yo siempre me he caracterizado, por decir lo que pienso. La primera vez que te vi, me sorprendiste por tu belleza y hasta el día de hoy no puedo dejar de pensar en ti.

-Pero ¿Tú te vas a casar?

-Yo, no amo a Diana, además ella ama a Zeus, de hecho, antes de venir ellos dos se estaban pidiendo perdón, esa boda es una maldita promesa de mis padres, me voy a casar dentro de dos semanas y si dentro de estos pocos días te logro enamorar, te prometo que me enfrentaré a mis padres, para que todos seamos felices, pero si solo me quieres cómo un amigo, lo entenderé, me casaré con ella y nunca más nos volveremos a ver.

-Por los Dioses, sí que eres muy directo, pero apenas te conozco no puedo tomar una decisión de la noche a la mañana, primero empecemos como amigos y si este sentimiento que hablas es mutuo te voy a dar una respuesta antes de tu boda.

-Muchas gracias, amiga, por cierto, va a hacer un poco difícil que nos veamos tan a menudo ¿te puedo enviar cartas?

-Claro que puedes, amigo.

-Bueno, como los dos, terminamos de comer ¿Qué te parece si recorremos el reino?

-Sí, de hecho, por aquí hay una estatua que quiero que conozcas.

Enrique la interrumpe.

-Perdóname por interrumpirte, pero ya conozco tu reino, ahora quiero que conozcas él mío.

-Es nuestra primera cita y me di cuenta de algo.

Enrique se acerca.

- ¿De qué te diste cuenta?

-Qué tú eres de los pocos príncipes, que no le toman importancia si su amiga o pareja, sean de la realeza.

-Y ¿Por qué me ha de importar ese detalle?

-Porque a tus padres, ni a tus amistades le ha de gustar, que yo no pertenezca a la realeza.

-Primero, a mí no me importa si pertenezcas o no a la realeza, porque los valores los tienes en el corazón y no en el dinero y en estos pocos minutos que hemos hablado, me he dado cuenta de que eres una chica maravillosa y muy hermosa, comparándote con el montón de princesas que hay en este mundo y segundo, a mí me tienes que gustar, no a ellos, ha ellos no les tiene que importar a quién escoja, porque al final yo voy a compartir mi vida contigo, no con ellos.

Sofía se sorprende al escuchar esas hermosas palabras y Enrique continúa.

-Yo quiero hacer una equivalencia de intercambio.

- ¿Equivalencia de intercambio?

-Así es. Te daré la mitad de mi vida, si tú me das la mitad de la tuya.

Sofía se sonrojó y le da un beso en la mejilla a Enrique.

Pasó una semana, Zeus y Diana no se volvieron hablar, pero Sofía y Enrique, aunque no se veían, porque estaban ocupados en sus problemas, nunca dejaron de enviarse cartas. En la mañana Zeus y Sofía estaban en el cuarto de Zeus arreglando unas cosas y de repente aparece el halcón de Enrique, le da una carta a Sofía y al leerla, se tira en la cama.

-Es Enrique ¿Verdad? -Preguntó Zeus.

-Él me escribe cosas tan lindas, ¿Será que estoy haciendo mal en entusiasmarme tanto con él en tan poco tiempo?

-La razón por la que Enrique me cae bien, es porque sé lo mucho que te ama, además me ha ayudado con Diana, aunque no nos hablamos, por lo menos sé, que no me odia ¿Y qué te escribió?

-Pero, no te vayas a reír.

-Te lo prometo, palabra de Darcy.

Sofía le lee la carta.

-Te amo de una manera tan bonita y sincera que no hace falta verte ni tocarte para amarte aún más, solo con cerrar los ojos y saber que existes es suficiente.

Zeus se sorprende.

-De verdad ese hombre te ama ¿Y has pensado que le vas a decir? Recuerda que se va a casar dentro de una semana.

-Le voy a decir que sí ¿Y tú, sabes lo que vas a hacer?

Zeus suspira.

-No sé todavía, pero soy capaz de robármela de la iglesia. Ja, ja, ja

EL VICIO DE LA MUERTEWo Geschichten leben. Entdecke jetzt