IV - La Cabaña

26 2 0
                                    

Minutos después, Diana se tranquiliza y se va al jardín para estar sola. Pero de repente aparece Zeus por la espalda y la hace asustar, causando que lo tire al suelo.

- ¿Qué te pasa?

-Me asustaste ¡Tarado!

- ¿Me estás diciendo tarado?

-Sí, pues a quién más.

-Pues yo te amo.

En el suelo, Zeus le ofrece una rosa y la deja sorprendida a Diana, porque cuando eran niños y ella se sentía mal, él siempre le daba una rosa, para hacerla sentir un poco mejor. Más tarde, Diana quiere volver a escaparse, para contarles a todos que estaba a salvo, pero después de muchas patadas y golpes, Zeus logra amarrarla otra vez.

-Tranquila, no te preocupes, Enrique ya debió decirles a todos.

Zeus la vuelve a desatar y cuando lo hace, Diana lo empuja y se encierra en el baño.

-Diana... ya sal, no haces nada encerrándote.

Diana sale del baño asustada, porque vio a una araña.

-Haya adentro, hay una araña.

Zeus se asusta.

- ¿Una araña? Una arañita.

-No... Una arañota, ve, mátala Zeus.

- ¿Yo?

-Sí, tú, eres el hombre ¿No?

-Sí, claro, pero...

Diana se comienza a burlar.

- ¿Me vas a decir que le tienes miedo las arañas?

-Por supuesto, que no, estás loca ¿Dónde está?

-En la pared de al fondo, vamos, mátala, rápido.

Zeus entra al baño.

-Pero ¿Con qué la vas a matar? Tonto.

-Con el zapato, tonta.

Diana se enoja.

-No me digas tonta.

Diana se saca el zapato y le comienza a pegar a Zeus.

- ¡Dame el zapato para matarla! -Dijo Zeus.

-Idiota.

-La voy a matar.

-Ya, cállate.

Diana se quita el otro zapato y se lo tira en la cabeza a Zeus, pero falla y le da a la araña.

- ¡Ya la mataste tú!

- ¡Pues búscala!

Diana aprovecha y lo deja encerrado en el baño.

- ¡Diana! ¡Ábreme!

Diana se comienza a reír.

- ¿Quién es el tonto ahora? ¡Quién es el tonto ahora!

Después de una hora, Diana se acerca a la puerta.

-Solo quiero decirte que, no es fácil lo que me está pasando, yo nunca he sentido esto por nadie, te lo prometo, es la verdad, yo te quiero ¿Quieres saber si te amo verdad? Pues, sí, claro que te amo, te amo, te amo tontito.

Zeus le aparece por la espalda.

-Yo también te amo.

Haciéndola asustar y sentarse en la cama.

- ¿Cómo, el baño?

-El baño tiene una ventana.

-Yo no la pude abrir.

Zeus se arrodilla.

-Pues yo sí.

-Seguro que ahora me quieres besar.

-Acertaste.

Zeus y Diana se comienzan a besar.

- ¿Creo que ya nos tenemos que ir?

Zeus activa su poder del rayo, apunta con su dedo una ventana soltando un rayo.

-Un débil sonido de trueno, aunque no llueva, me quedaré aquí, si tú también te quedas.

Minutos después Diana se encuentra sentada en la orilla del río, en donde encontró a Zeus y por la espalda aparece Zeus.

-El sol puede ponerse y volver a salir, pero nosotros, una vez que se apague nuestro breve día, tendremos que dormir una noche entera, nos daremos mil besos, luego cien, luego otros mil, luego otros cien más y finalmente cuando lleguemos a muchos miles, perderemos la cuenta para no saberlo.

Zeus y Diana se encuentran abrazados bajo un árbol.

-Quiero que seamos muy felices, pero tengo miedo a que algo nos separe otra vez y está vez sea para siempre. -Dijo Diana.

-Si nos tenemos uno al otro, nada nos va a separar, pero eso sí, me tendrás que compartir con mis otras tres mujeres y la verdad jamás pienso en abandonar a ninguna de las cuatro, te lo advierto.

- ¿Me lo estás diciendo en serio?

-Sí, estás tú, mi mamá, Sofía, porque a ella la quiero como si fuera mi hermanita y por supuesto a nuestra futura hija, las voy a tener a todas para siempre en mi corazón.

Diana comienza a reír de los nervios.

-Me encanta tu sonrisa, ya se está haciendo tarde.

-Y no tenemos nada para comer.

-Creo que Enrique trajo unos fideos, vamos a ver qué podemos hacer.

Minutos después Diana trae la comida.

-Es lo que pude hacer, fideos al pesto.

Diana se levanta, para ir a ver los platos.

-Oye ¿segura que estos fideos tienen al pesto? -Preguntó Zeus.

-Bueno, falta albahaca porque no hay, y tampoco hay ajo, ni nueces.

-Entonces ¿Qué le pusiste?

-Pues aceite, es lo único que hay, tú imagínate que tiene todo y come. La próxima vez que se te ocurra secuestrarme que sea con todo y comida... ¿Está bien?

Zeus sonríe.

-Está bien.

Zeus y Diana empiezan a comer.

EL VICIO DE LA MUERTEHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin