Asleep: Pipe x Simón

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Sentia los ojos pesados, como si los parpados estuviesen sellados con cemento.
Él intentaba abrirlos, se acomodaba en la silla, pestañeaba fuerte, pero en cuestión de segundos, el sueño lo invadía otra vez.

Simón lo observaba desde el marco de la puerta. Le daba mucha gracia verlo asi, tan agotado, ni siquiera podía mantener su cabeza erguida, parecia uno de esos muñecos de los autos que mueven la cabeza permanentemente.

—anda a dormir, Pipe, no das más— dijo después de unos minutos. El espectáculo era gracioso, pero un poco triste.

—estoy bien— dijo, arrastrando tanto las palabras que casi le dolía la garganta.

—es inútil amor, te quedas dormido sentado ahi, acostate, dale

—estoy bien en serio,además cocinaste para mi, quiero probar— respondido Felipe, y acto seguido bostezó notoriamente.

—lo podemos calentar mañana

—voy a cenar, basta

Simón puso los ojos en blanco y volvió a la cocina.

●●●

Media hora después volvió al comedor y sirvió la mesa.

Vino blanco, espaguetis caseros, dos tipos de salsa y pan, casero también.
Realmente se habia esforzado.

Felipe trabajaba como camionero y recorría las rutas por largos días; la última vez habían sido tres semanas y se habian extrañado demasiado, Simón habia tenido tiempo de preparar y practicar todo tipo de detalles y sorpresas para agasajar a su marido.

—¡Pipe!—gritó al ver que el tenedor que llevaba los spaghettis enredados quedaba suspendido en el aire, mientras Felipe se habia vuelto a dormir.

—perdón

—no te disculpes, es...dulce, sos muy dulce

Felipe sonrió ante el comentario y siguió comiendo, esforzandose por no dormirse nuevamente, era terriblemente descortes aunque involuntario.

Mientras Simón hablaba, él intentaba seguir el hilo conductor de la charla, pero en cuanto se producía algún silencio o pausa, el sueño lo invadía otra vez y volvía a cabecear.

La próxima vez que se durmió, Simón le tomó una foto con su celular, y el flash del mismo lo despertó.

—¿en serio?

—es tierno, quiero tener un recuerdo de cuando te dormias como un bebé en la mesa

—sos un denso

—lo soy, y también soy tu marido, y tengo el deber de protegerte, asi que deja el plato y anda a dormir, la cabeza va a explotarte

Tenía razón y Felipe lo sabia, no tenia sentido seguir esforzándose por mantenerse despierto, lo mejor era descansar.

●●●

Una hora más tarde, Simón estaba listo para acostarse también.
Se dio una ducha tibia y al entrar a la habitación se percato de que él aún estaba despierto.

—parecias un zombie hace un rato, ¿que haces despierto?

—te esperaba— respondió, refregando sus ojos

—ay Felipe, no puede ser que no puedas dormir sin mi,¿como haces en los viajes para dormir?

—¿quién dijo que lo hago?

—tonto— respondió él acostandose e indicandole a su esposo que se acerque y acurruque en su pecho.

Felipe lo hizo, el pecho de Simón era su lugar de paz.

Siguieron hablando un rato más sobre el viaje, los proyectos de ambos y otras cuestiones hasta que Simón notó que la respiración de Felipe cambió y un leve ronquido escapaba de sus labios.

Lo observó. Estaba completamente dormido, con la boca un poco torcida, parecia un pequeño niño indefenso.

Un suspiro de ternura y amor salió de Simón, quien besó a su esposo en la frente y se acurrucó también.

Esa noche, durmieron asi, abrazados, con todas las luces encendidas, Simón no se permitía despertarlo nuevamente, su deber en el mundo era cuidarlo como el máximo tesoro, asi habia sido desde siempre, y seguiría así, el resto de los años que tuvieran por delante.

Un puñado de papel con palabras Where stories live. Discover now