Paper Rings: Rafa Federman x Fernando Contigiani

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Nadie te prepara en la escuela de policías para convertirte en un guardia de prisión, por más cátedra y consejos que te den.
Uno no entra a un trabajo como ese preparado para lo que va a encontrarse: apuñalados, otros guardias involucrados en asuntos de drogas o cosas peores, visitas en horarios clandestinos y demás.

Yo tenía veinticinco años cuándo ingresé a la cárcel de Caseros recomendado por mi padre que ya estaba retirado.
esa misma primera noche, en mi primer turno, me tocó presenciar como dos reclusos se peleaban y bañaban de sangre la celda.
vi, literalmente, un ojo rodar.

Desde entonces fui formando un carácter autoritario, no porque me guste ser la autoridad de nadie, si no más bien porque todavía me gusta vivir y en la cárcel son ellos,o sos vos.

A Rafael lo conocí durante un turno vespertino, aunque eso no es preciso.
digamos que conocí a Rafa, al Rafa presidiario durante ese turno, pero lo conocí como persona mucho antes.

Habíamos ido a la primaria juntos, y desde aquel entonces se podía ver que de adulto se involucraria en asuntos complicados, siempre fue un rebelde,un desafiante de la ley.
Me enteré que estaba preso por un asunto de drogas y narcotráfico hacía ya dos años.
en todo momento pensé que ese lugar no era el indicado para alguien como él, una cara como esa tendría poco tiempo entre esa gente, asi que intenté acercarme, mantenerme cerca para protegerlo, por los viejos tiempos, o quizás por algo más...

Mi turno de la noche empezaba a las doce en punto.
Cuándo con mi compañero bajabamos a hacer las rondas solíamos separarnos para hacer más rápido, si había problemas simplemente activabamos las alarmas.
yo siempre me ocupaba del ala B, dónde se encontraba su celda.

-¡arriba!-grité golpeando los barrotes

Rafa y su compañero, un tipo enorme pero bastante sumiso, bajaron de las camas y se pusieron de pie.
Los alumbré con la linterna dejandolos temporalmente ciegos

-requisa-les anuncié mientras iluminaba la celda en detalle

-son unos hijos de puta-murmuró él provocando que la potente luz enfoque su rostro

se cubrió los ojos con el antebrazo mientras el otro tipo parecía retarlo

-¿algo que decir,recluso?

-que son unos hijos de puta, ¿que hora es? estamos durmiendo

busque el manojo de llaves de mi cinturón y abrí la celda

-al piso-le ordené

-¿porque?-me desafió él

siguiendo al pie de la letra el manual, golpee la zona trasera de su rodilla y lo hice arrodillarse.
luego empuje su cabeza contra el piso para finalmente esposar sus manos detrás de la espalda

-esta noche tenes ganas de joder, eh

-no hice nada-dijo él con dificultad

lo puse de pie de un salto y lo escolte fuera de la celda, que posteriormente cerré con llave.

Bajé con él hasta el pabellón de las celdas de castigo sin decir una palabra, sabía que durante todo el recorrido habían cámaras filmando.

Una vez dentro de la celda elegida, que podría haber sido cualquiera de las tres, al parecer el único revoltoso esa noche era él, cerré la puerta dejando afuera el ojo supervisor y le obligue a voltear.

-no hacía falta cagarme tanto a palos,¿sabes?

-tengo que tener un motivo para bajarte acá, además, literalmente me insultaste, si otros ven que te dejo hacerlo...

Un puñado de papel con palabras Where stories live. Discover now