Seamus: Santi x Juani

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Flora estaba cansada. sus ojos sobresalientes comenzaban a parecer cubiertos por pequeñas cataratas que se le formaban con la edad.
su pelo, antes marrón claro, tenía pequeñas vetas de gris plateado y ahora era difícil que escuche, había que llamarla de cerca para que vaya a comer.
Sin embargo, todavía podía escuchar la puerta de afuera abrirse; Juani, sentado a su lado en el sofá, sonrió al verla levantar la cabeza que permanecía en su regazo

-¿vino papá?-le preguntó al mismo tiempo en que la perra bajaba de su cómodo lugar y corriera, más lento que antes, en dirección al sonido.

Santi entró a la casa totalmente empapado, no había podido cubrirse a tiempo de la lluvia en el trayecto entre el auto y la casa.

-¡florita!-le dijo al animal mientras la acariciaba, que se mostraba feliz por su llegada

Luego del saludo obligatorio a su mascota, Santi dejó su abrigo mientras su esposo le cubría la cabeza con una toalla

-te llegas a enfermar de nuevo y...

-no me puedo enfermar teniendote a vos que me cuidas-le dijo tomandolo de la cintura para atraerlo hasta su cuerpo.

comenzaron a besarse en medio de la sala con la lluvia poniéndose cada vez más violenta, cuando de pronto ambos sintieron las pesadas patas de Flora empujandolos.
se separaron y la miraron, sentada moviendo la cola,con la lengua afuera, siempre que hacía eso parecía que sonreía

-¿viste que cuando nos besamos parece que ella quiere un besito también?

-y claro-dijo Juani poniendose en cuclillas para besar la cabeza de Flora-a ella le gustan los besos

-¿te acordas cuándo la encontramos?

Juani lo miró, sonrió y miró a la perra nuevamente

-claro que me acuerdo, ese dia nos convertimos en papás

●●●

Años antes

Santi siempre llegaba temprano y esperaba a Juani, que como no podía ser de otra manera, llegaba tarde.
Lo vio cruzar la avenida para entrar a la clase de gimnasia con su equipo blanco y azul para hacer deporte

-siempre tarde, el profesor nos va a hacer correr mas vueltas-protestó el rubio tomando la correa de su mochila

-perdon, es que no queria venir-dijo frotando sus ojos con sueño

los niños empezaron a caminar rumbo al edificio donde sus compañeros de clase ya comenzaban a jugar con las pelotas, pero al pasar por un árbol, Juani vio una pequeña caja que se movía.

se acercaron juntos para comprobar que adentro había un muy pequeño cachorro marrón acurrucado por el frío.
Santi lo tomó, su pelo era extremadamente suave y nuevo.

-creo que es hembra

-¿quién la habrá dejado? no podemos abandonarla

-pero el profesor no nos va a dejar entrar con ella-dijo el rubio apoyando a la perrita en su pecho

Juani miró el edificio y luego la hora en su reloj, el que había recibido para su cumpleaños número diez

-ya es tarde...

-no se diga más-dijo Santi metiendo al animal dentro de su buzo-¿vamos a tu casa?

Juani negó con la cabeza

-mi papá no quiere animales...

-mm...bueno, podemos tenerla en mi cuarto, le digo al mio que la cuido hasta que alguien la adopte...

-no, pero...

-y él se va a encariñar, entonces la va a dejar-finalizó guiñando un ojo

Los tres tomaron un colectivo en dirección a la casa de Santi, iban sentados en los asientos de atrás mientras mimaban a la perrita que les mordisqueaba los dedos, buscaba ser acariciada y lanzaba agudos ladridos

-¿sonia?-preguntó Santi

-es una perra, no mi tia

-bueno...¿flor?

-Flora-respondió Juani de pronto, como si hubiese tenido una visión

-¿flora?

-si, como...eso del libro de ciencias sociales

-Naturales, Juani, la Flora y la fauna son...

-bueno, eso, ¿te gusta?

-flora...si, suena bien...entonces te llamas flora-le dijo a la perrita que lo miraba con sus pequeños ojos llenos de curiosidad-y nosotros somos tus papás

Juani lo miró y luego miró al resto de los pasajeros. Santi era inocente y no tenía dobles sentidos, pero él, que era un poco más despierto, sabía que cualquiera que escuchara lo pensaría mal

-¿sus papás?

-bueno, se queda conmigo pero vos vas a ir a verla y...

-pero...no tiene una mamá y un papá, tiene dos papás entonces ¿estás seguro de eso?

-si, somos sus papás

Juani acomodó la cabeza en su asiento y pensó en si alguna vez aquéllo cambiaría.

pero nunca en los quince años que pasaron lo ha hecho.

Un puñado de papel con palabras Kde žijí příběhy. Začni objevovat