First kiss: Juani x Blas

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Juani ajustó las cuerdas de la montura sobre el caballo y colocó los pies en cada uno de los estribos.
Había llovido asi que el camino de tierra entre su casa y la de los patrones estaba difícil, se embarraba el ruedo de los pantalones y se salpicaba cada vez que el caballo pisaba fuerte algún que otro charco.

En cuánto puso los pies embarrados en el hall de la casona, el ama de llaves le obligó a quitarse los zapatos

-¿no ves que acabo de baldear? si la patrona te ve...

-Maria, deja al pobre Juan en paz-dijo la dueña de casa con una taza de té humeante en la mano-¿viniste a ver a Blas?

las mejillas de Juani se ruborizaron, en general era un chico audaz y atrevido, en sus cortos doce años ya ayudaba con los animales de la estancia a su padre y a veces hablaba con proveedores, pero los padres de Blas, pese a que lo conocían desde que nació y eran amables con él, le ponian nervioso, no dejaban de ser sus patrones.

-si, señora Polidori, mi mamá dice que ya esta mejor y me mandó a decirle si necesita algo del pueblo

ella sonrió y le desordeno el pelo

-¿que sería de mi vida sin tu madre? de hecho sí, necesito que alguien vaya a la farmacia a recoger unos medicamentos, y a Blas le vendría bien tomar un poco de sol. subí a despertarlo y vayan juntos

-si señora-murmuró el de rulos y encaminó hacía las escaleras

-mire como me dejó el piso-se quejó Maria trapeando las huellas de barro

-son chicos, Maria, solo chicos-respondió ella desapareciendo en la cocina

●●●

Blas llevaba con resfrio y fiebre hacía poco más de una semana, pero ya estaba mejor.
el ama de llaves le había abierto las pesadas cortinas del cuarto, pero él seguía dormido con el rostro hundido en la almohada.
Juani entró sin hacer ruido y se acomodó a su lado.

Lo miraba dormir con la boca entreabierta, babeando un poco, parecía tener un sueño agradable

Empezó a hacerle cosquillas suaves en la nariz que apenas lograban perturbar su sueño, Blas se rascaba donde Juani le rozaba sin abrir los ojos, hasta que la molestia fue tanta que se despertó

-¡Juani!-le gritó frotando toda su cara con la mano abierta-estoy durmiendo

-ya son como las diez de la mañana

-¿y que? yo no voy a la escuela hoy-se quejó el castaño sentándose. palpo la mesa de noche hasta alcanzar un vaso de agua y bebió de él

-tu mamá nos pidió ir al pueblo-dijo recostando su cabeza sobre las suaves almohadas, mirando el pelo en punta ajeno-traje el caballo de mi papá, salió de la ciudad con la camioneta

Los padres de Blas eran dueños de la estancia, poseian hectáreas de cultivos y ganado.
los de Juani eran sus peones hacia más de veinte años y ambos niños eran mejores amigos desde siempre, se habían criado juntos pese a la diferencia entre ambas clases sociales.

-bueno-murmuro estirando sus brazos-vamos con el tuyo

Blas se vistió mientras Juani esperaba afuera; la madre de Blas insistió para que su hijo desayune pero no hubo caso, los niños salieron rápido a montar al caballo rumbo al pueblo.

Llegaron unos cuarenta minutos más tarde.
ataron al animal a un árbol, pasaron por la farmacia con la receta y luego perdieron el tiempo leyendo algunas historietas cómicas de una tienda.
antes de irse compraron helados y los terminaron al iniciar el regreso a casa.

A mitad de camino ambos tuvieron una idea y se desviaron hacía el arroyo al que solían ir, sobre todo en verano, cuándo se quitaban el calor con el agua helada.

Blas trepaba el árbol mientras Juani volvía a atar al caballo dandole un poco pasto para entretenerlo.

-mi papá llega a ver que le robo estos cigarrillos importados-dijo con un pequeño frasco que escondían en el árbol-y me mata-culminó sentándose con Juani, de vista al arroyo que parecía bastante picado

-si mi papá se entera que le fumo los cigarrillos al tuyo me mata-comentó Juani sonriendo

Blas sonrió con uno de los cigarrillos entre sus labios mientras lo encendía

-él ni se da cuenta-dijo cruzando las piernas por encima del césped y largando una bocanada de humo

Pasaron algunos minutos en silencio interrumpido por el caudal del agua y los grillos.
el cigarrillo se consumió siendo compartido y a ese le siguió uno más

-te extrañé estos días-mencionó Blas mirando al frente. pudo sentir el cuerpo ajeno tensarse

-yo también

-y pensé mucho en vos-le dijo mirandolo. Juani parecía ansioso y distraído pero fingia que no

-yo también

-bueno no estás muy hablador hoy

-estoy un poco nervioso-admitió mirandolo

estaban cerca pero a una distancia prudencial, últimamente siempre parecían estar a esa distancia.
Blas lo miró y pensó un poco como seguir, no es como si no pensara en eso hacía algunos meses, cada día de esos meses.
Tomo el impulso de sentarse un poco más cerca apoyando la mano pegada a la de Juani, quién miró ambas manos casi juntas y sintió cierta presión en el estómago.

Juani movió un poco el dedo pulgar acariciando el contrario, solo un poco pero lo suficiente para que Blas sienta una pequeña explosión en la cabeza.

sus dedos se rozaban despacio y los dos los miraban como si no fuese de ellos, o como si no entendieran que realmente se estaban tocando.
Fue Juani el primero en levantar la mirada y apoyarla en el rostro ruborizado del niño que era su mejor amigo, el hijo de sus patrones, probablemente su futuro patrón y la persona que le hacía sentir cosas que quizás no estaban del todo bien, pero asi se sentía.

Blas lo miró sin mucha expresión, primero a los ojos, después a la boca y pestaño pensando en las dos alternativas que tenía.
podía sonreír y decir que se hacía tarde, o podía quedarse allí, quieto, esperando para ver si Juani pensaba y quería lo mismo

-Blas

-¿si?-le dijo sorprendido, Juani acababa de arrancarlo de sus pensamientos

-¿estaría mal si nos besamos?

Blas lo pensó, claro que estaría mal, todo estaría mal entonces, y sin embargo...

-creo que no

-¿podría-preguntó relamiendose los labios-podría besarte, entonces?

Blas tragó saliva, luchó con la necesidad de morderse las uñas y asintió con la cabeza, sintiendo el corazón golpeando su pecho

Juani acercó su rostro y unió sus labios, al fin.
ambos cerraron los ojos y se mantuvieron así, con las bocas pegadas, durante unos segundos y luego se separaron solo para volver a besarse, esa vez con mayor intensidad, masajeando sus labios muy lentamente, sintiendo el aliento a tabaco en cada boca, un cosquilleo en los estómagos y la certeza en las mentes de que esa seria la primera vez, pero no la última.

Un puñado de papel con palabras Where stories live. Discover now