5:05: Esteban x Blas

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Lo veía todas las madrugadas a la misma hora, 5:05, cuándo salía de trabajar.

Blas trabajaba en un kiosko 24 horas y el turno noche era el mejor,porque los clientes eran siempre los mismos, pocos y concisos, pedían cigarrillos, gaseosas, a veces condones, y no mucho más, era bastante sistemático.

Sin embargo a las 5 en punto empezaba a prepararse; cortaba el pan y agitaba los envases de salsa,aunque no todas, la de cheddar y parmesano, parecía ser que su amigo nocturno, Esteban, era un tipo de costumbres.

A las 5:05 lo veía acomodarse detrás de la reja.
Blas sonreía y se acercaba a la panchera.

-¿mucha gente hoy?-le preguntó Esteban. hacía la misma pregunta cada noche

-con vos sos dos y medio-bromeaba él, la misma respuesta siempre, y siempre lo hacía reír

Hacía bastante que ya no preguntaba que quería, le preparaba el pancho por inercia mientras sentía la mirada encima de su cuerpo.

Sin embargo esa madrugada hubo un detalle diferente.

-hoy nos vemos por ultima vez-comentó Esteban abriendo la billetera

Blas levantó la mirada del pancho justo antes de empezar a poner las salsas

-¿que querés decir?

-me cambian de turno, al fín voy a dormir como una persona normal

En ese momento Blas no supo como seguir, como tampoco supo porque fue así.
Esteban lo miró, amable como siempre, y al ver que no se movía bajó la mirada al pancho

-con...papas

Blas miró sus manos y haciéndose sonar el cuello,sonrió

-perdón-dijo mientras terminaba de prepararlo

Esteban lo pensó un momento.
llevaba más de un año en guardia nocturna del hospital, por ende,un año yendo a comprar un pancho, que en realidad no le gustaba tanto, en el mismo kiosko.
nunca habían hablado más allá de cosas superficiales, aunque sabía su nombre y su edad, entre algunos datos aleatorios más.

Se apoyó en la reja sintiendo la brisa de la madrugada y lo miró.

-espero volver a verte pronto por ahi

Blas sonrió mientras le entregaba el pancho por la ventanita

-espero que por ahí no sea el hospital, me imagino que no querés que me enferme

Esteban tomó su comida y le entregó la plata, justa y con cambio, lo que Blas siempre agradecía

-bueno, tengo la capacidad de curarte, soy un buen médico

-imagino que si-respondió él enganchando sus dedos en la ventanita

Esteban le dio un mordisco al pancho sintiendo las papas fritas crocantes romperse entre sus dientes; puede que no le gustara tanto, pero todas las madrugadas se moria de hambre.

-bueno, en el hospital no, pero puede que pase cada tanto a comerme uno de estos...

-solo si te lo preparo yo-le dijo él mirandolo a los ojos

Esteban sonrió y le palmeo los dedos con los suyos.
ese breve contacto generó una pequeña electricidad para los dos.

-por supuesto...nos vemos, pibe

-nos vemos, doctor-respondió él, aún en la ventanita, mirandole la espalda hasta que desapareció en la bruma matinal.

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Che esta historia esta para ser ff si o no amistades?

Un puñado de papel con palabras Where stories live. Discover now