Todo acabó

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—¡SERENITY!—Gritó Seiya, tratando de correr a donde Metalia había absorbido a Usagi, pero fue sujetado por Dohko, y aunque forcejeó para ir a rescatar a su amada, no pudo zafarse.

—Ella tomó su decisión, Seiya...—Le dijo, conteniendo las lágrimas con fuerza.

Dohko había visto a quien fue su hermano menor suspirar al recordar a aquella hermosa y joven diosa después de que la conoció, lo había visto emocionarse cada vez que se acercaba la fecha de visita de la joven princesa, y lo había visto estar en las nubes después de haberla besado...

Le dolía que aquella joven que tenía el corazón de su hermano menor hubiera decidido dar su vida por ellos, pero no había tiempo para lamentarse, no hasta que el mal hubiera sido erradicado de una vez por todas...

—¡Cien dragones de Rozan!—Gritó, saltando al ataque.

Y mientras la batalla se desarrollaba fuera, Usagi estaba flotando dentro de la oscuridad, con los ojos cerrados, escuchando la lucha fuera de toda aquella oscuridad, los gritos de sus amigos, la voz del hombre del que amaba clamando por justicia para ella...

Pero ella no podía hacer nada, salvo proteger el Cristal de Plata con su cuerpo para evitar que Metalia lo obtuviera y destruyera al mundo con su oscuridad.

Usagi abrió sus ojos lentamente, encontrándose a sí misma dentro de la nube negra que era Metalia.

Sintió cómo su mano se aferraba a algo, así que miró en su palma y descubrió que el Cristal de Plata había dejado de brillar, ahora parecía ser sólo un cristal sin poderes, y su broche...

Su broche se había transformado, se había transformado en el mismo broche que Chibi Chibi había conseguido al mostrar su verdadera forma, y entonces ella supo lo que el Cristal de Plata había hecho al pedirle su deseo...

—Esta será mi última batalla como Sailor Scout...—Murmuró sonriendo, aún triste, sin embargo, por no poder volver a ser Sailor Moon una vez que la batalla finalizara.

—Ahora... por favor, broche de Sailor Cosmos... dame el poder ¡Para protegerlos a todos!—Dijo, alzando el broche, que empezó a brillar con un resplandor blanco...

Metalia dejó de sonreír al sentir algo extraño en su cuerpo, y los caballeros y las Sailor Scouts, cansados y heridos, miraron con gran sorpresa hacia el cuerpo de Metalia, que estaba resplandeciendo con gran fuerza.

Metalia rugió de dolor antes de que un resplandor blanco saliera de su cuerpo y aterrizara frente a Seiya.

Seiya miró sorprendido la mano que tenía al frente, que se extendía para ayudarlo a levantarse, y al seguir mirando más arriba, descubrió unos hermosos ojos azules y un peinado familiar, pero algo era distinto en la persona frente a él...

Era el mismo rostro y la misma sonrisa, pero algo había cambiado, algo era más maduro, más serio y más gentil en aquella mujer de cabellos rubios...

Usagi sonrió y levantó su cetro plateado, que contenía el Cristal de Plata en su interior, e hizo brillar el Cristal de Plata para curar a sus compañeros y hacer retroceder a Metalia y a Beryl.

Ambas eran incapaces de hacer frente a aquel resplandor, así que debían huir antes de que aquel resplandor las quemara por sompleto, pero Usagi tenía planes diferentes para ambos seres.

Las Sailor Scouts se levantaron y caminaron al frente, con las marcas de sus planetas resplandeciendo sobre sus frentes, y alzaron sus manos para luchar nuevamente contra el mal, pero Usagi no las dejó.

Todos la miraron con sorpresa, pero ella simplemente les sonrió a todos —Yo me encargaré esta vez, ustedes deben ayudar a los inocentes...—Fue lo que dijo antes de dar un salto al frente y atacar a Beryl y Metalia con un enorme y cálido Cosmos...

Pegasus and the MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora