Serial Killer; Gojo Satoru.

XLVII

— ¿Podrías repetirlo?

— Fushiguro Sunmi, o también conocida como Zen'in Sunmi, hija mayor de Fushiguro Toji, el responsable de la muerte de Riko Amanai, el antiguo Recipiente del Plasma Estelar. Estudiante de tercer año en Jujutsu High Tokio, ha cometido los actos de homicidio, manipulación y robo hacia no hechiceros — contestó Naoya, manteniendose firme frente a su director —. En total, ha llevado algunas 200 muertes y...

Guardó silencio. Fuera de la oficina estaban Mei Mei y Utahime, escuchando en silencio lo que el Zen'in decía. Había muchos huecos en su confesión y a ninguna de ellas les cuadraba lo que Naoya decía. Sí, sabían que Sunmi hacia trabajos que el mismo Clan Zen'in le pedía, pero no era por voluntad propia.

— ¿Y? — preguntó el director de Jujutsu High Kioto.

— Y ella tenía una misión... Un objetivo... — levantó la mirada para ver a los ojos a su director —. Asesinar a Gojo Satoru.

El par de chicas estaban en el patio, ambas en silencio sin saber qué decir ante esa confesión. Utahime era la más afligida, era como si estuviera ocultando un dolor grande, un gran secreto.

— Sunmi una vez nos contó que su clan la manipulaba y se notaba... Ella, aún a estas alturas, tenía muchas inseguridades — comentó Mei Mei.

— 200 personas muertas... — susurró Utahime — ¿Crees que esté mintiendo?

— Creo que dice la verdad... Pero es una verdad a medias.

— ¿Y si llamamos a Shoko? Tampoco dejaremos que Naoya ensucie el nombre de Sunmi. Ella no se merece eso — la desesperación de Utahime llamó la atención de Mei Mei, quien miró a su amiga y luego sonrió con diversión.

— ¿Acaso te gusta Mimi-chan? 

Dicha pregunta hizo que Utahime se sonrojara, pero, no lo negó. Mei Mei rió ligeramente ante la condición de su amiga para luego dar palmadas a su cabeza.

— Tranquila, no diré nada — dijo y asintió —. Llamemos a Shoko.

No pasaron más de cinco minutos cuando la llamada fue contestada por aquella castaña. Aún sin verla, se podía sentir ligeramente tensa y algo molesta, pero también preocupada.

— ¿Mimi? ¿Qué demonios tiene que opinar Naoya de su vida si es el culpable de arruinarla?

— ¿A qué te refieres? — preguntó Utahime, confundida.

— Sunmi ha sufrido en el Clan Zen'in desde su infancia. No quiero entrar en muchos detalles, pero ella no ha sido feliz en ese lugar.

— Y... ¿Cómo está Sunmi?

— Ella... Bueno... Tokio está mal en este momento, en realidad, desde la muerte de Haibara nada ha ido bien. Me acaban de decir que Suguru ha asesinado a cien aldeanos y... Sunmi está hospitalizada porque luchó contra cuatro maldiciones. Pero, estoy segura que el Clan Zen'in tuvo algo que ver, porque los médicos le dijeron a Yaga-sensei que la recogieron del clan.

Utahime sintió un nudo en la garganta cuando escuchó dicha respuesta. No esperaba escuchar tanto sufrimiento hacia una persona que su unico pecado fue haber sido la hija del sujeto que abandonó el Clan Zen'in y que haya amado con todo el corazón.

— Les llamo luego para darles más detalles sobre Sunmi, tengo entendido que ahora en la tarde ella estará fuera del hospital.

— Eh, sí. Hasta luego.

En su mirada había terror, pero más que nada, confusión. Miraba al hombre, atónito. Pasó saliva pesadamente mientras seguía incredulo. Ella no podría... ¿O sí?