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Las heridas no necesariamente tenían que ser físicas para que una persona esté lastimada. También había heridas en el alma y el corazón.

En su vuelo, Sunmi se había quedado dormida en el pecho de Satoru, quien estaba leyendo una revista aleatoria que le fue entregada, a su vez, abrazaba a la chica por los hombros. Mientras tanto, lograba escuchar, aunque sea un poco, la canción que los auriculares que ella estaba usando y que le fueron prestados. "[I Just] Died In Your Arms" de Cutting Crew sonaba ligeramente y era curioso como ella estaba en los brazos de él. Cerró la revista para prestarle atención a su novia. 

Sus rasgos físicos eran hermosos. Pero, cuando veía sus ojos azules, se le notaba ligera tristeza en ellos. Y lo asustaba. ¿Era por él? ¿No se sentía bien con él? ¿Qué tenía esta chica que lo hacia sentir así si él jamás se ha sentido vulnerable ante nadie? No lo sabía.

Quizás era el hecho de que Sunmi era tan reservada... O quizás que había pasado por tanto a lo largo de su vida que no quiere recordarlo, y por eso no se lo hace saber. Quería saberlo, podrían tener tres meses pero sentía que se conocían muy poco, pero tampoco quería incomodarla o hacerla sentir mal al recordar traumas de la infancia.

— Mi muñeca de cristal — susurró, acariciando su mejilla suave —. Dios, ¿quién haría tanto daño a una chica como tú? No lo entiendo.

Se pasó la mano por su frente, suspirando con frustración. Sabía de la enemistad del Clan Zen'in y el Clan Gojo. Sin embargo, ella era diferente, ¿no? Ella no le haría daño, ¿verdad?

Al llegar a dicha ubicación, habían seguido el plan que entre Satoru y Sunmi idealizaron en el camino:

— Iremos en son de paz, preguntando en primera instancia por la ubicación de la habitación donde tienen a Misato secuestrada.

— En caso de que se le ocurran atacarnos, Sunmi será la primera en contraatacar cubriendo nuestras espaldas mientras buscamos a Misato.

—  Satoru irá al frente, Riko después de él y finalmente Suguru cubriendo sus espaldas así como también cuidando de que no me ataquen desde algún punto ciego.

— ¿Y si no encontramos a Misato en ninguna habitación? — preguntó Riko con preocupación.

— Bueno, haremos que nos digan dónde está — dijo Satoru mirando a la muchacha mientras se acercaban a dicho edificio —. Bien, ustedes quédense aquí.

Sunmi entró junto con Satoru al edificio. Cuando la vieron entrar, se vieron entre sí. ¿Acaso sabían de la recompensa por ella? Sí, todos los cazarecompensas sabían... Excepto ellos.

— Hola — saludó Satoru, recargandose en el mostrador de la recepción. Aquel hombre lo miraba estoico — ¿Dónde está Misato?

— No tenemos a esa mujer — respondió el hombre inmediatamente. Sunmi creó una esfera de cristal mientras sonreía.

— Jamás dijimos que fuera una mujer — dijo Sunmi, mira al hombre.

— P-Pero ese nombre...

— ¿Por qué está nervioso? — preguntó ella nuevamente. Satoru sonrió, pero luego se mordió el labio para no reír — ¿Usted ha visto el anime Evangelion? ¿Sabe que hay un personaje llamado de la misma manera y la pregunta de mi novio fue referente a una escena del capítulo?

El hombre se quedó callado.
Los demás, al ver la tensión, corrieron contra Sunmi y Satoru, ella lanzó la esfera de cristal que, cuando estalló en el suelo, nació una rosa roja que, con sus raíces atrapó a los sujetos para luego cerrarse llevándose a aquellos hombres.

Serial Killer; Gojo Satoru.Where stories live. Discover now