Eʟʟᴀ ᴇʀᴀ ᴜɴᴀ ɴɪɴ̃ᴀ, ᴜɴᴀ ʜᴇʀᴍᴏsᴀ ᴘʀɪɴᴄᴇsᴀ.
Éʟ ʟᴀ ᴠᴇɪ́ᴀ ᴄᴏᴍᴏ ᴜɴᴀ ᴍᴜɴ̃ᴇᴄᴀ, ᴜɴᴀ ᴍᴀ́s ᴀ sᴜ ᴄᴏʟᴇᴄᴄɪᴏ́ɴ.
A diario, observo a mi colección de hermosas muñecas.
Pero mi objetivo especial es una niña, tan preciosa y tan rota.
Pero ella no es una niña común...
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Laila
Lazari resultó ser una niña amigable y simpática. Entré rápidamente en confianza con ella y conectamos muy fácilmente.
—¡Chocolate, choco, choco, la, la, choco, choco, te, te, chocola, chocote, chocolate!—Cantábamos canciones de niñas mientras jugábamos chocando las palmas de nuestras manos. Se trata de un tipo de juego sencillo que consiste básicamente en realizar distintos movimientos con las manos, ya sea de forma independiente o con el acompañamiento de una canción.
—¡Pero yo también quiero jugar con Laila! ¡Quiero conocerla!—Lazari y yo paramos de jugar al escuchar la voz de otra niña justo afuera de mi cuarto.
Abruptamente, abrieron la puerta de mi cuarto y entró con mucha confianza otra niña, pero su apariencia me impresionó; Porta un blusón rosa con algunas manchas de sangre impregnadas, cabello castaño y ojos verdes, pero me llamó la atención ver sangre sobresaliendo de su cabeza que se deslizaba en su frente.
«No me asusta su apariencia, sólo me impresionó mucho y despertó mucha curiosidad en mí».
—Sally y Lazari, ustedes no pueden estar aquí. Él no debe saber que están aquí, Laila corre peligro cerca de ustedes.—Sugirió Splendy persiguiendo a Sally. Al parecer conoce a éstas niñas.
—Pero yo quiero jugar con ella, no pasará nada malo, Él no la lastimaría si yo se lo pido.—Contestó esa niña de nombre Sally.
—Nos aburrimos demasiado en esa cabaña llena de idiotas. Nadie juega con nosotras.—Comentó Lazari pareciendo molesta. No entiendo nada de lo que hablan, ¿Quién es “Él”? Al parecer no es alguien bueno, ya que noto miedo y preocupación en Splendy.
—¡Hola, Laila! Mi nombre es Sally.—Me saludó amigablemente esa niña de vestido rosado. Me dió buena vibra.—¿A qué están jugando? ¿Puedo unirme?—Preguntó con entusiasmo sentándose con nosotras en el piso, el cuál tiene alfombra afelpada y cómoda.
—No tienen remedio, niñas.—Splendy suspiró derrotado, lo cuál me pareció tierno y me causó gracia.
🧸🧸
Transcurrieron muy felices y plenos todos éstos días que he estado conviviendo con Sally y Lazari. Ellas no son como esos niños del orfanato que volvieron mi vida imposible todos éstos años.
Las tres dormimos juntas en mi cama, la cuál es enorme y amplia para las tres.
Todos los días salimos a jugar al jardín bajo vigilancia de Splendy quién parece estar alerta todo el tiempo.
El día de hoy, Splendy salió y me dejó al cuidado de Lazari y Sally, pero hubo un momento en que me separé de ellas cuando jugábamos en el jardín, ya que decidí ir a mi cuarto por algunos juguetes. En tan sólo en unos segundos todo se vino abajo cuando la puerta de mi cuarto se cerró de golpe y me quedé encerrada. Intenté abrir la puerta, pero ni siquiera me permite girar la perilla.
