Eʟʟᴀ ᴇʀᴀ ᴜɴᴀ ɴɪɴ̃ᴀ, ᴜɴᴀ ʜᴇʀᴍᴏsᴀ ᴘʀɪɴᴄᴇsᴀ.
Éʟ ʟᴀ ᴠᴇɪ́ᴀ ᴄᴏᴍᴏ ᴜɴᴀ ᴍᴜɴ̃ᴇᴄᴀ, ᴜɴᴀ ᴍᴀ́s ᴀ sᴜ ᴄᴏʟᴇᴄᴄɪᴏ́ɴ.
A diario, observo a mi colección de hermosas muñecas.
Pero mi objetivo especial es una niña, tan preciosa y tan rota.
Pero ella no es una niña común...
Capítulo dedicado a Morthy4, muchas gracias por los dibujos digitales en Instagram. Disfruta leyendo, corazón ♥✨
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Laila
«¿M-Matar...?»
Tan sólo escuchar esa palabra me hizo temblar de terror.
No entiendo el comportamiento escalofriante y posesivo de Jason.
Nunca me había amenazado así. Lo desconozco.
—¿Por qué no me contestas? ¿Vas a abandonarme? Los voy a matar por querer alejarte de mi lado.—Me amenazó sumamente posesivo agarrando mis antebrazos.
—Jason, yo nunca he dicho eso. No he hecho nada malo por lo que debas molestarte y hablarme de esa forma. ¡Suéltame o voy a gritar!—Grité ya muy exaltada y fuera de mis casillas, ya que Jason comenzaba a lastimarme y asustarme de verdad.
—Grita para mí y clavaré mis colmillos en tu piel para que sepan a quién le perteneces, mi muñeca de porcelana.—Susurró Jason acercándose peligrosamente a mi cuello, clavando sus dientes suavemente en la piel de mi pequeña garganta.
—No, no muerdas, no hagas eso. Eres muy posesivo, no me gusta.—Lo alejé de mí sintiendo escalofríos.
—¿Por qué? Tú eres mi Laila, mi niña.—Dice en un tono muy posesivo que me incomoda.
—No, Jason, ésto no está bien, tú no estás bien... No soy tuya...—Retrocedí mirándolo con miedo, a lo que él me mostró sus colmillos rasguñando enfurecido la pared.
Jason ya no es divertido, me asusta, me dá miedo y duele.
—No te atrevas a tocarme o acercarte, te lo advierto, Jason... ¡Quiero que te vayas!—Grité con el terror desbordante por la apariencia aterradora del siniestro juguetero.
—Laila, ¿Estás ahí adentro? ¿Puedo pasar?—Me quedé congelada y sin habla al escuchar la voz de Misurí al otro lado de la puerta.
Quería gritar y correr con ella, pero Jason se adelantó poniendo el seguro a la puerta y llevó su dedo índice a su boca indicando que me calle y que no me atreva a gritar mientras me sonríe malévolo.
—Laila, ¿Por qué le has puesto el seguro a la puerta? ¿Qué está pasando? ¿Por qué no me abres? ¿Estás bien, cariño?—Ahora Misurí golpea con más insistencia la puerta mostrándose angustiada por mi falta de respuesta.
Mientras Misurí toca mi puerta de manera insistente y reiterativa, yo miro fijamente los ojos verdes y destellantes del juguetero. Estoy paralizada, no me atrevo ni a respirar, es como si me manipulara.
—Laila, ábreme o abriré yo misma con mis llaves.—Anunció sacando sus llaves dispuesta a abrir esa puerta, algo que me llenó de terror.
«No quiero que Misurí vea a Jason. No sé cómo pueda reaccionar él con un adulto, los detesta».
