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Ser padres no era fácil, mucho menos teniendo un trabajo de piloto de carreras y otro de actriz.
Olivia miraba con sus ojos llenos de lágrimas a su hija quien le había negado un abrazo y un beso, sintió un nudo en su garganta al verla esconderse detrás de las piernas de su padre quien se incó rápidamente para agarrar su cara con sus manos.
—Hija, los abrazos a mamá no se le niegan, ella te extrañó mucho y ha venido para estar con nosotros, abrazala.
—Hace muchos días que no la veo papi, ella ya no me quiere.
—Mami te ama Chiara, estaba trabajando pero ya ha regresado para que estemos juntos.
La niña miró a su madre y corrió hasta ella para abrazarla, la actriz la cargó y besó muchas veces sus mejillas al dejar salir su llanto, la pequeña de cinco años se aferró a la mujer y apretó fuertemente sus ojitos. Leclerc las observó para así sentarse en la cama y permanecer en silencio.
—Nunca digas que no te quiero porque eres lo que más amo — le aclaró —Te extrañé mucho mi cielo, mucho, mucho.
—Y yo a ti mami, ya no te vayas por favor — le pidió —Tu trabajo no me gusta, te vas muchos días y me siento triste solo con papi.
Se separó de la menor para así bajarla, se incó frente a su pequeño cuerpo y le limpió las lágrimas sin dejarla de mirar, lo que estaba a punto de decir cambiaría su vida por completo pero era un decisión que había tomando por su familia y por ella.
—Ya no me volveré a ir, estaremos siempre juntas — sus pequeños ojos verdes brillaron al escucharla —Mi película acaba de salir y fue la última, ahora estaremos todos los días juntas para ver a papi en las carreras, te llevaré al colegio y haremos muchas cosas.
—¿En serio mami?, ¿me lo prometes?
—Te lo prometo mi amor, es una promesa.
Brincó emocionada y llenó de besos las mejillas de su mamá para así abrazarla, corrió hasta su padre quien le sonrió ampliamente y salió corriendo de la habitación cuando escuchó sonar el celular, era su abuela Pascale. Se levantó del piso y miró a su esposo quien estaba sim decir nada.
—Amor...
—Ya lo decidí, mi hija es primera al igual que tú.
—Pero amas tu trabajo, amas actuar y el modelaje, eres joven Liv y... — se levantó para llegar a su lado —Yo puedo seguir cuidando a la niña, ella va a crecer y lo entenderá, podemos buscar una solución para que no dejes de actuar, incluso yo puedo dejar las carreras — parpadeó varias veces —Si, eso haré.
Negó muchas veces y agarró su cara con sus manos.
—No está a discusión cariño — se miraron fijamente —No quiero perder a mi hija, tú has hecho mucho por nosotras y no es justo, esta también es mi familia, ya hemos hablado esto muchas veces así que necesito que me apoyes — lo abrazó —Amo mi trabajo pero los amo más a ustedes, no quiero perderlos y tú seguirás con tu trabajo, ese es tu sueño.
