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Carlos y Olivia habían llegado a Mónaco, ambos españoles caminaban por las calles de aquel principado para llegar al lujoso apartamento del neerlandés en donde estaban los demás chicos para reunirse y pasar un rato entre amigos. Al cruzar la calle llegaron al edificio y en cuestión de minutos estaban tocando el timbre.
Max al escucharlo se levantó rápidamente del sofá para correr hasta la puerta, abrió y sonrió ampliamente al ver a su amiga que no veía en meses.
—¡Livsita! — empujó al español y abrazó a la pelinegra que lo recibió contenta —Te extrañé mucho, desapareces por meses y no has ido tan seguido a las carreras.
—Yo también te extrañé Maxie, pero he tenido mucho trabajo aunque ahora me tendrán aquí por mucho tiempo.
Se separaron y el campeón asintió hasta que escucharon a Carlos toser falsamente.
—Oh, hola Carlos ¿como estás amigo?, yo también te extrañé — trató de imitar a Verstappen y los dos se rieron —Por eso no me gusta traer a mi hermana, siento que me la quitan.
—Es que ella nos cae mejor que tú, Carlitos — llegó Lando hasta ellos y agarró de la mano a su amiga —Pasa, este maleducado te dejó aquí en la puerta así que ven, los chicos están aquí.
Entraron dejando a ambos pilotos riéndose, se saludaron con un abrazo y los siguieron a la sala en donde estaba Checo, Pierre Daniel y Charles quien al verla sonrió anonadado. Los demás se levantaron para saludar a la diseñadora con un beso y abrazo pero el monegasco no se movió de su lugar, solo la observaba.
Ella lo miró curiosa y se acercó a él.
—Hola Charles.
—Ho... hola Olivia — y fue ahí en donde se levantó nerviosamente para besar ambas mejillas de la chica y darle un largo abrazo —Me alegra verte.
—Lo mismo digo pilotito.
Se puso aún más nervioso por como lo lllamo y sus amigos al darse cuenta se rieron levemente a excepción de Carlos que estaba en su mundo. Junto con su hermano y Max pasaron a la cocina dejando solo a los pilotos.
Lando lo miró con sus cejas alzadas y sonrió divertido.
—¿Sigue tu loco enamoramiento por Olivia?
—No es un loco enamoramiento — le aclaró al británico —Y callense porque Carlos está cerca, ya saben como se pone con el tema de su hermana.
