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—Hola, si, yo soy tu padre.
Él agarró las galletas y Chiara se tiró encima de él para abrazarlo por la cintura con sus ojitos cerrados, Olivia miró a Charles quien tenía sus ojos cristalizados ante aquella emoción. La cargó después de dejar el toper en la mesa de entrada, la miró fijamente y dejó un beso en su mejilla.
—Te tardaste mucho en venir — dijo ella —¿Ya no te irás a esos lugares tan lejos?
—Ya no, ahora tú vendrás conmigo.
Sonrió ampliamente y asintió rápidamente mirando a su madre quien solo sonreía, lo abrazó de nuevo recargando su cabeza del hombro de Leclerc pasando sus brazos por su cuello.
—Cualquier cosa que necesites mi número está en la libreta de Chiara, no le des chocolates antes de dormir porque sino no te dejará descansar, no toma refrescos embotellados porque contiene mucha azúcar y esa la pone muy activa — agarró la mano de su hija para que se separara de su padre y pudiera besar la mejilla de su madre —Hazle caso a Charles, te amo.
—Te amo mami.
Le dió una última mirada a su ex para irse pero fue detenida por su hija.
—¿Y a papi no le darás beso?, despidete mami.
El piloto quería sonreír triunfante mientras que la mujer sonrió falsamente y besó la mejilla de Charles sorprendiendose que aquel olor que tanto extrañaba seguía ahí, seguía oliendo igual de rico que antes. Con sus nervios a flote se fue.
Los dejó solos y Charles caminó hasta la sala con la niña en brazos junto con las galletas y la mochila de ella. La sentó en el sofá para sentarse frete a ella, la miraba fijamente al verla observar todo el lugar, ambos hacían los mismos gestos y tenían aquellos mismos hoyuelos.
Chocaron miradas y la niña jugó con sus manitos para así quitarse sus tenis y bajarse del sofá para dejar los tenis acomodados detrás del sofá.
—¿Y que haremos?, estoy aburrida.
—¿Qué quieres hacer?
—Quiero jugar con mis muñecas — corrió por su mochila que había en la mesa y sacó todas sus cosas sorprendiendo a su padre por el maquillaje de Olivia que se había llevado —Vamos a peinar a Dani y Susy — le dió una muñeca —Y podemos vestirlas con toda esta ropa, mejor dame a Susy.
Se la dió y se sentó en el piso junto con ella, le dió un peine y algo que jamás creyó que haría lo estaba haciendo en esa tarde, peinar y hablar con las muñecas.
