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La vida de Charles era un caos, fiestas, borracheras, chicas y un pésimo humor, aquel hombre que la gente amaba y conocía ya no estaba, alejó a todas las personas que lo amaban sobre todo a ella. Llevaba una vida de descontrol y era irresponsable en su trabajo queriendo pasar por encima de todos, pero su madre sabía que aquel comportamiento y aquella personalidad solo era una máscara para tapar el sufrimiento que llevaba.
Pascale estaba desesperado al ver que su hijo poco a poco se iba hundiendo sin importarle nada, gastaba el dinero en cosas absurdas y sobre todo no había sentado cabeza, necesitaba enderezar su camino y sobre todo madurar para ser una persona responsable con nuevas metas a futuro.
Así que recurrió a alguien, a Olivia.
Recurrió a ella al saber el secreto que la exnovia de su hijo tenía, se había enterado de ello cuándo la vió en el supermercado y la monegasca no pudo negarlo, no podía negarlo al ver que su exsuegra se había dado cuenta de que aquella niña era idéntica a su hijo.
No perdió comunicación con ella hasta que la invitó a su casa.
—No puedo hacer eso Pascale, sabes que fuiste como una madre para mi pero no puedo exponerla y sobre todo dejarla a cargo de Charles, tú misma lo has dicho, es un irresponsable.
—Lo sé Liv, pero tú eres la única que puedes ayudarme — se acercó a ella —Charles necesita una responsabilidad para que enderece su camino y también sabes que lo justo es que sepa la verdad.
La monegasca negó y se sentó en el sofá tratando de comprender a la mujer.
—Tú fuiste testigo de cuándo él terminó conmigo, me dijo que no quería una relación, no quería hijos mucho menos un futuro conmigo, no voy a decirle la verdad, es más, no debí volver a Mónaco.
Olivia sabía la vida que el piloto llevaba y lo sabía porque siempre era tendencia en internet, siempre daba de que hablar. Ambas mujeres se quedaron en silencio hasta que la mayor se sentó frente a su exnuera y agarró sus manos.
—Sé que lo que te pido es mucho, pero necesito que me ayudes.
—Pascale..
—Mi hijo está destruyendo su vida paso a paso, tú marcaste su vida de una manera increíble y se todas aquellas cosas horribles que te dijo pero solo estaba herido no lo decía en serio — se miraron —Te buscó por mucho tiempo y estos casi seis años han sido una tortura para él, por favor hazlo por mi.
No le respondió y solo la miraba, sabía que ella estaba preocupada porque podía verlo en sus ojos y aquel brillo que tenían ya no estaba, la preocupación ante su hijo la tenía mal.
