Capítulo 11: Conversaciones a media tarde.

12 5 28
                                    

A veces me olvidaba la energía que podían tener mis hermanas, en especial Samay que no paraba de dar saltos en la cama, reírse sin parar y disfrutar de aquella larga noche donde agarré el sueño de inmediato junto a mis dos hermanas.

El asunto, es que al despertarme... las tres habíamos dormido demasiado, llegando tarde a nuestras respectivas clases.

—¡Qué llegamos tarde! —grité de golpe, sentándome en la cama, provocando que mis hermanas me miraran con un cansancio notorio en sus rostros para luego mirar la hora y darse cuenta de la situación.

—¡Ay no, que tenía mi clase favorita! —recordó Zenda mientras se levantaba rápido para ir a su armario.

No fue la única que agarró ropa nueva con la que cambiarse, Samay, con mi ayuda, también lo hizo, siendo la última en cambiarme de ropa. Miles posiblemente le sorprendería mi ausencia en clases.

Cuando terminamos de vestirnos y desayunar, decidí acompañar a mis hermanas a sus clases porque mis padres no se encontraban en casa. Me era extraño que ni si quiera estuviera mi madre, capaz porque estaría ajustando cuentas con el banco o el propietario del domicilio. No lo tenía nada claro, pero no me importó acompañar a mis hermanas, de paso veía una vez más el centro donde estudiaban.

Una vez listas, nos fuimos por el camino que ellas se sabían de memoria, haciéndome mas de guías que yo. Escuchaba sus conversaciones mientras las agarraba de la mano, cruzándonos con distintas personas que ya a buena mañana se encontraban haciendo sus vídeos. Algunos pudieron identificarme, más cuando iba con mis hermanas, pero sorprendentemente no me interrumpieron.

—Qué extraño —susurré, frunciendo el ceño.

—Capaz no te molestaron porque estás con nosotras llevándonos a clases —comentó Zenda.

—O puede que con grabarme ya es suficiente para sus videos tengan visitas —murmuré con una risa suave.

—Puede, pero se aprecia que no nos interrumpan... No tengo ganas de salir en un video con la cara de sueño que tengo —admitió Zenda.

—Por ello las mañanas son las mejores, muchos no salen de casa porque están haciendo las ediciones de sus videos o están durmiendo al estar tanto tiempo trasnochando —expliqué con calma.

—Sí, en eso tienes razón.

Samay no decía nada, solo movía la cabeza cuando hablábamos, sonriendo con una gran ilusión encima. No la culpaba, era extraño que las tres estuviéramos juntas y que la acompañara a clases.

En las calles limpias y luminosas, nuestro destino sería encontrado tras unos minutos, viendo el edificio de no más de tres pisos cuyo terreno ocupaba bastante, pues no solo daban clases a los jóvenes como mi hermana Zenda o Samay, sino que también daban clases para mayores de veinte años. Tenían campos extensos abandonados, unos que en su momento se usaba para practicar diversos deportes, pero que hoy en día son parte de un futuro proyecto donde se aplicará simulación. Según me explicó Zenda, quieren hacer de esos campos un sitio donde ellos, con su tecnología avanzada —del cual son como unas gafas virtuales junto a unos controles que se aplican en las manos y piernas—, puedan simular que son jugadores de futbol, baloncesto o tenis.

—¿Cambiar todo esto en campos de simulación virtual? —pregunté.

—Sí, algo que me parece un poco absurdo porque nadie jugaría a ser futbolista, dicen que, entrando en ese juego, tu cuerpo es como si estuviera haciendo ejercicio, aunque no hagas nada —explicó Zenda—. Incluso dicen que bajas de peso sin hacer nada, solo jugar y que tu mente se crea que estás haciendo ejercicio.

—¿No es un poco peligroso? —pregunté.

—Hicieron pruebas en gente con ciertos problemas de obesidad, según nos explicaron en la charla —respondió Zenda con cierto temor—. El resultado fue increíble, por lo que quieren aplicarlo aquí para evitar obesidad en los pequeños desde tan temprana edad... El problema es que algunos como nosotros nos dan miedo ciertas cosas, como que te aplican ciertas placas en tu cabeza junto varios cables... y si vieras la sala donde se hará eso... parece sacado de una película.

Las pruebas de la muerte [Código 025#] [MO]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang