Capítulo 10: Inseparables.

20 6 57
                                    

La vergüenza y la culpa me caían como una cascada de agua fría, pero en vez de purificarme y retirar mis males, me inundaba de los peores sentimientos que pude tener en ese instante. Mi mala suerte me lo había pagado bien cuando me encontré con mi padre a medio camino, viendo la angustia junto el dolor mezclado en lágrimas que fueron desapareciendo en señal de alivio.

Se acercó a mi con pasos lentos mientras abría sus brazos, yo le miraba con una gran decepción encima, sabiendo que mi padre se había dado cuenta de lo que me había pasado, por lo que me acerqué a él, llorando mientras le abrazaba y le pedía perdón. Eran solo me acarició la cabeza mientras le daba gracias al cielo de que estuviera viva.

—¿Cómo lo supiste? —pregunté a duras penas.

—¿Te recuerdo que trabajo en la seguridad en redes sociales? —respondió con una pregunta, riéndose en un tono suave mezclada con alivio—. Algunos detectaron algo inusual en En'rec, vieron a alguien que no correspondía en las calles. Investigando, vimos en las pocas cámaras estables como alguien huía sin parar, incluso hubo un pequeño rumor de que alguien había muerto en la calle principal... Cuando me di cuenta de que fuiste tú...

Agarré a mi padre al saber que, por desgracia, aun había cámaras vigilando aquella desastrosa ciudad, y eso solo me cabreaba más, mirándole con una notoria decepción en mis ojos para dejar que las lágrimas cayeran junto al temblor de mis manos.

—Si lo sabíais, ¿por qué no hacéis nada para cambiarlo? —pregunté, frustrada—. En'rec es un lugar que ha caído demasiado bajo, pero no me creo que siempre fuera así, ¿por qué no se puede hacer algo para cambiarlo?

Eran solo suspiró con una sonrisa suave.

—Hay cosas que no se pueden cambiar por mucho que lo desees, hija mía —explicó con calma—. Siempre estarán los superiores que observan con la sonrisa de la codicia.

—¿Es que acaso nunca fueron como ellos? ¿Es que acaso...?

—Si están en lo alto, es porque a lo mejor conocen como funciona todo y han sido los que crearon esos pilares, ¿no crees, pequeña? —preguntó, interrumpiéndome con calma, viendo mi decepción en mis ojos—. Es cierto que no lo sé todo, no sé porque se originó todo eso, porque hubo esas divisiones, pero si las hay y nadie se opuso, es porque los superiores de este planeta son los que impiden que surja esos cambios para que estén calentitos en su puesto.

Y ahí fue cuando entendí mejor los motivos de aquellos que vivían en En'rec. ¿Me parecía violento? Claro que lo era, pero deseaban dejar un mensaje, algo con lo que pudieran dejar en claro que eran humanos, o al menos algunos de ellos lo eran a pesar de haber perdido la cordura por aquella ciudad que parecía ser una selva.

—¿Por qué fuiste ahí? —me preguntó mi padre, cambiando de tema—. ¿Fue por un reto, una broma, Miles, tus amigos?

—Creí haber enfadado sin querer a Zigor... Y cuando se marchó, la angustia me impactó porque no sabía si iba a verle mañana porque tenía menos de sesenta seguidores —expliqué, sintiendo las manos de mi padre acariciar mis mejillas—. Quería disculparme con él antes de que fuera demasiado tarde, no quería esperar a mañana, aunque me lo recomendaran... Me arriesgué a ello.

—¿Te hicieron daño? —preguntó, mirando mi cara, viendo los cortes y suciedad que tenía.

—No... No del todo —respondí, cabizbaja.

—Nilia... ¿segura que no?

El nudo se me hizo en la garganta, cayendo lágrimas en mis ojos mientras temblaba sin parar, apretando mis labios para al final levantar mi cabeza y hablar:

—He matado a alguien.

Creí que vería la decepción en los ojos de mi padre, pero no fue así, solo fui recibida por la compresión y la calma, arropada por la calidez y el amor de un padre que admiraba. Me escuchó con atención mientras caminábamos a ritmo lento por la ciudad de Oic, viendo todo mi alrededor con unos ojos más distintos a los que tenía antes. Ahora ya no me parecía tan aburrido o deprimente, sino que tenía unos colores de justa luminosidad donde me hacían sentir aliviada a la vez que protegida por aquellos robots que cumplían su función de cuidar y mantener Oic como debía.

Las pruebas de la muerte [Código 025#] [MO]Where stories live. Discover now