Parte 4

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Angelina regresó un tiempo después con varios empleados siguiéndola

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Angelina regresó un tiempo después con varios empleados siguiéndola. María no parecía feliz, es más, parecía fastidiada con la presencia de la dama.

— ¿Por qué ha tardado tanto? — le preguntó con voz impaciente.

— Tuve algunos inconvenientes en el camino, la mayoría de los sirvientes estaban ocupados. — informó ella — Lamentó la tardanza...

— Si yo fuera la reina usted no estaría trabajando aquí. Es tan ineficiente y torpe. — le dijo María con aires de superioridad. — Y ustedes — dijo refiriéndose a los empleados que llegaron con Angelina. — ¿Qué rayos están esperando?, ¿una invitación acaso?

Inmediatamente, los empleados empezaron a limpiar la habitación, no había duda que esa mujer sería un gran dolor de cabeza.

Y así pasó el tiempo hasta que los empleados acabaron de acomodar toda las cosas de su nueva señora. María se instaló con felicidad y sintiéndose superior a todos, algo que desde niña había soñado.

La única excepción a eso, era que aún faltaba ser superior a la reina actual, pero ya habría tiempo para encargarse de eso.

— Esperaré a que nazca este estorbo — murmuro para ella misma mientras acariciaba su vientre — Es el único que podrá ayudarme con los planes que tengo.

Mientras tanto, Isabella y Lorenzo terminaron de vestirse. La reina estaba parada frente al espejo horas más tarde, mientras cepillaba su larga cabellera color fuego, Lorenzo ya vestido la miraba desde la cama, embobado por la belleza de su esposa. Isabella fingía no sentir la mirada de su esposo, pero en el interior le encantaba tal atención por parte de Lorenzo.

— Esta sonrojándose — señaló Lorenzo.

— Oh — murmuró ella con vergüenza, no pensó que estuviera haciéndolo.

— Me gusta — declaró el hombre — Se ve hermosa.

Isabella se asombró por las palabras de su esposo y sus mejillas se sintieron calientes inmediatamente después de esa declaración.

— Gracias...

— No tiene que agradecer, solo señale lo obvio — le respondió él mientras le regalaba una sonrisa. Una que ella devolvió.

— ¿Cómo le está yendo con los deberes reales? — preguntó ella con interés.

— Bien, al menos eso creo. El rey de Floridas aceptó nuestro regalo de paz. Lastimosamente el hombre fue sacrificado.

— Oh — murmuró Isabella con pesar — Es triste...

— No habían muchas opciones — respondió Lorenzo — Era obvio que el rey haría algo así.

Lorenzo se puso de pie y caminó hasta Isabella, puso sus manos sobre los hombros de ella mientras ambos contemplaban sus reflejos en aquel espejo.

— Eres hermosa Isabella... — repitió Lorenzo embobado, ni siquiera había pensado en decirlo en voz alta.

Vestigios Nocturnos:  Vínculos DoradosKde žijí příběhy. Začni objevovat