💘 C͢u͢p͢i͢d͢o͢ E͢n͢a͢m͢o͢r͢a͢d͢o͢ || M͢i͢n͢l͢i͢x͢ 🏹

Segundo Intento

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Los días pasaban, y con ello sus sentimientos crecían. Estar al lado del pelirrojo era gratificante en todos los sentidos. Nunca imagino que alguien podía ganarse su confianza y corazón en tan poco tiempo. Pero Minho pudo eso y mucho más.

El día que despertó desnudo entre los brazos del pelirrojo, pudo gritar como un loco o fingir no recordar nada, pero ninguna de las dos opciones le pareció correcta. Después de todo, el alcohol dio un empujoncito y él completó el resto, no era como si hubiera estado borracho.

Y se podría decir que gracias a eso su relación dio un avance gigantesco, no se arrepentía en lo absoluto.

Sus amigos solo le recordaron que no entregará muy rápido su corazón, no obstante, sentía que eso era demasiado tarde.

De alguna forma Minho había logrado lo que nadie jamás logró, y eso era, obtener su corazón. Sin duda debía sentir miedo ante tal suceso, pero eso sólo le causó felicidad. Porque estaba seguro que no sólo él era el único que entrego su corazón. Porque estaba seguro que Minho incluso le había entregado su alma.

Una embestida en su punto dulce lo saco de sus pensamientos. Sus manos se aferraron de las sábanas, y su rostro se hundió en la almohada callando sus gemidos. Minho tenía clavado los dedos en su cadera, empujándose como un animal pero al mismo tiempo con gentileza. Ese hombre infantil estaba doblándolo por la mitad, y él no se podía sentirse mejor.

"¡Ah...!" Gritó, encorvando la espalda al sentir un golpe más fuerte en su próstata, "Min-Ho" llamó, escuchando un gruñido como respuesta del pelirrojo, "qui...ero v-verte, bebé" exigió con la voz entrecortada.

Minho salió por completo, y en un rápido movimiento giró al bajo, quedando cara a cara, "¿Mejor, amor?" Preguntó con ternura, antes de adentrarse de nuevo de una estocada. Felix asintió contento, que Minho le dijera amor era la sensación más placentera, y más si lo decía mientras hacían el amor.

Pasó sus manos por el cuello de este y lo atrajo más cerca, su nueva manía era tener el cuerpo del pelirrojo muy cerca. Cada vez que el pelirrojo se alejaba o lo dejaba sólo en sus clases, él sentía un vacío en su corazón, y sólo el malestar pasaba cuando volvía a ver al pelirrojo.

Se podía decir que casi se estaba volviendo necesitado del alto.

"¡Minho! ¡Más... Minho!" Gimió, en estos momentos medio dormitorio ya debía conocer el nombre del pelirrojo, pero eso era algo que muy poco le importaba. A fin de cuentas nadie podía ver a Minho.

El pelirrojo mordió su labio intentando contener sus gruñidos, él no era tan escandaloso como su novio, aunque tampoco no era como si fuera silencioso. Se apoyo casi por completo sobre el bajo y embistió fuerte, Felix estaba casi como un coala aferrado a él. No le incomodaba en lo absoluto, al contrario, era muy tierno. Los nuevos cambios del rubio, no era sorpresa para él, después de todo eran los efectos de la Marca de Unión, y si Felix pensaba que sólo la necesidad de estar cerca era todo, pues estaba muy equivocado.

El sentimiento de culpa se instaló en su pecho. Pero fue opacada por la sensación de opresión, humedad y calidez que le brindaba el interior de Felix. La excitación estaba por encima de cualquier cosa en ese momento. Todo eso, más los obscenos gemidos del rubio, le hicieron alcanzar su orgasmo, llenando por completó el condón. Felix lo siguió casi al instante ante el fuerte golpe en su próstata.

Se mantuvieron por unos minutos regulando sus respiraciones, hasta que Felix fue el primero en hablar.

"MinMin" llamó con la respiración entrecortada.

Minho emitió un 'Mnh', y alzó ligeramente el rostro, encontrándose con un fingido puchero de parte de su novio, "no".

"Pero no he dicho nada" murmuró triste.