💘 C͢u͢p͢i͢d͢o͢ E͢n͢a͢m͢o͢r͢a͢d͢o͢ || M͢i͢n͢l͢i͢x͢ 🏹

PROMESA

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Su paciencia estaba a un paso de irse a la mierda. Era el segundo día, y el tarado de Minho seguía rondando a su alrededor.

"Me aburroo..." entonces lárgate y déjame en paz.

"Felix, vámonos de aquí y hazme un tour" mejor ve tu sólo y no vuelvas.

Taehyung tomó el brazo de Felix, y puchereo.

"Anda di que si".

"No me molestes" susurró muy bajito entre dientes, con miedo a que la profesora o algún compañero lo viera, "mejor, porque no te vas, y desapareces".

"No seas gruñón, anda, vámonos de aquí si, si, siiiii~" el pelirrojo giraba a su alrededor como si con eso lo convencería "oye, tienes tinta en tu mano".

Felix se levantó con las cejas fruncidas, "¿Puedo ir al baño?" Preguntó, obteniendo un 'si' de su maestra, con sus ojos le indicó a Minho que saliera.

Saliendo primero del salón, esperó a que el pelirrojo saliera, cuando lo vio no espero ni un momento para tomarlo del brazo y arrastrarlo a los servicios.

Ya en los baños, revisó uno por uno los cubículos, no quería algún malentendido, y al comprobar que estaban solos hecho el seguro a la puerta.

"Pensé que ignorándote comprenderías, pero veo que eres muy idiota o muy despistado, y quiero creer que es lo primero" Felix caminó sin quitar su mirada de enojo, "llevo dos días aguantando tus constantes parloteos en clase, tus desesperados gritos por no dejarte entrar a mi habitación, y tu irritable insistencia para que no te ignore" respirando, continuó "¿Acaso no ves las ojeras que me salieron?. Estoy a un paso de llevar mi puño a tu rostro".

"Enojado eres más lindo, yongbokshi " Minho sonrió sin importarle sus reclamos.

Su ojo ya empezaba a tener un tic, frustrado se sentó en el suelo "eres irritante" las ganas de golpearlo se hacía más fuerte, a este paso parecería un zombie por falta de sueño o terminaría en un manicomio por su propia voluntad con tal de dormir, "¿Qué puedo hacer para que dejes de molestar?".

Minho vio una oportunidad, "déjame quedarme en tu habitación un tiempo indefinido, y te prometo; dejar de molestarte en clases y no hablarte cuando haya personas" sugirió, al ver el rostro enojado del humano, sonrió "sino, te atormentare toda tu vida".

"Desgra..." al ver la cara burlona de Minho, bufo irritado "ok, pero hay condiciones" sonrió ante la mueca del pelirrojo, "dormirás en el suelo, cuando necesite que te vallas lo harás sin quejarte, y lo mas importante, te bañaras. En serio apestas" sacó sus llaves y las colocó en la mano del pelirrojo, "ahora vete, y déjame estudiar".

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Chapoteando como niño pequeño, lanzó las burbujas de la tina y comenzó a formar globitos. Ese extraño frasco rosa, tenia el poder de convertir el agua en espuma, además del delicioso olor a frambuesa, que curiosamente detectó en el cuerpo de Felix.

Con uno que otro muñequito que encontró escondido debajo del lavadero, comenzó su pequeña batalla para salvar al patito en peligro. Si, aún con todos sus años, él seguía teniendo esa aptitud infantil, esa también era una de las razones por la que las personas se alejaban, diciendo que debía madurar. Ni que fuera fruta para que madurara.

"¿Qué hiciste?".

Minho dejó de jugar y levanto la vista, en la entrada del baño se encontraba el rubio con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

"¿Ya acabaste?" Preguntó.

Felix examinó el desastre; el suelo mojado, los jabones esparcidos, una que otra toalla en el suelo, y varias botellas vacías. ¿Botellas?.

Con los ojos abiertos llego a una botella rosa, "mi jabón líquido con aroma a frambuesa, traído desde china" lloriqueo al ver el frasco vacío.

"Ese líquido es mágico, mira lo que le hizo al agua" con una sonrisa emocionada, señaló las espumas.

"Yo te mato" Felix soltó la botella, y sin importale mojarse se lanzo contra Minho, con sus pequeñas manos intentó ahorcarlo.

Minho pensó que estaba jugando, a si que tomó las muñecas del rubio y lo atrajo, haciendo que entrará por completo en la bañera. Terminando con Felix sobre él.

"Maldición, tengo jabón en mis ojos" intentó sobarse los ojos, pero al tener las manos llenas de espuma lo único que hizo fue empeorar el escozor.

"Espera" Minho avisó, tomando la pequeña manguera de la bañera y abriéndola para que saliera agua, "ven" con sus manos ayudo a quitar la espuma del rostro del humano, "listo, intenta abrir los ojos".

Felix comenzó a pestañear y con sus manos limpias acarició sus ojos, "¿Acaso intentas matarme?" Gruño, mirando con enojó a Minho, o al menos intentándolo ya que su vista seguía algo borrosa.

"Pensé que querías jugar" se defendió.

"En serio, eres irritante. Por tu culpa casi me quedo ciego" bufando, dejo que su vista se aclarará. Tan rápido como el panorama se aclaró, pudo ver en que condiciones se encontraba.

Minho se encontraba desnudo y, él estaba en su regazo. Como si sus ojos tuvieran vida propia, se movieron por si sólo, recorriendo el húmedo cabello rojo, el rostro muy bien definido, el cuello largo, esos hombros anchos y con un sobresaliente tatuaje, y por último ese marcado abdomen. El pelirrojo sin duda era caliente, el muy idiota tenia un cuerpo capaz de hacer que una monja cayera en la tentación. Estaba claro que si se dedicaba de striper se volvería millonario.

"¿Estas bien?, tu rostro esta rojo" Minho lo trajo de vuelta en si.

Con la vergüenza inundando su cuerpo, se intentó levantar, pero las espumas hicieron que se volviera a resbalar, cayendo de golpe sobre el pelirrojo. Haciendo que esta vez, el pequeño amigito de Minho, terminará en su trasero.

Se trago un gemido, e intento borrar cualquier morbosidad de su mente.

"Espera, deja que me lev-".

"¡No!" Grito tan fuerte que el pelirrojo se
asustó, "n-no te preocupes, sólo no te muevas" su cuerpo lo quería traicionar, con todas sus fuerzas apoyo una de sus manos en el borde de la tina y, se levantó, con mucho cuidado salio del agua, cogio una toalla y la envolvió alrededor de su cuerpo, "tú ocasionaste este desorden, tú lo limpias" con pasos torpes llego a la puerta, pero ante de salir miró por sobre sus hombros, "no se como, pero consigues el mismo frasco de jabón que usaste. Oh te arrancó las bolas y se las doy de comer al perro del callejón" dijo, saliendo con las cejas fruncidas, sin importarle la cara de pánico que tenia el pelirrojo.

Apenas llevaba dos días con el pelirrojo y, ya lo quería matar y vender sus órganos al mejor postor.

Ahora entendía porque lo habían expulsado, el chico era demasiado imperativo e irritante para su tranquila vida.

Sólo esperaba que Minho cumpliera con sus promesas, o si no el mismo se internaba en un manicomio.

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