Perdiste

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Con todo el aburrimiento del mundo, contempló ese rectángulo que visualizaba imágenes, o televisor como dirían los humanos, había sintonisado al menos tres veces cada canal y, en ese trayecto, nada llamaba su atención.

Bufando, apagó la televisión y se recosto en el mueble. Sólo llevaba dos horas lejos de Felix, y ya sentía extrañarlo. No era justo que Felix lo botara con la escusa de que debía estudiar y él era una molestia para su concentración. Porque los humanos debían estudiar a cada rato, acaso no conocían el descanso.

"Quita tus pies del mueble, mocoso maleducado" su mayor salió de la habitación con una ropa. holgada y de un color desabrido, "¿Por qué esa cara?" Bostezando, se acercó al menor.

"Hyung, se ve feo" dijo sin tacto alguno, recibiendo una mirada de odio de Ravn, era extraño ver al mayor sin sus alas y sus prendas blancas.

"Primero, todo lo que usó me queda hermoso. Segundo, es mi pijama. Y tercero, ¿Cómo entraste?" Empujando suavemente los pies de su menor, se sentó "espera... ¿Cómo conseguiste que te dejarán salir?".

Minho sonrió y, acomodandose mejor en el sillón, miró a su amigo "me escapé".

Ravn ni se sorprendió ante las estupideces que hacía su amigo, pero ir en contra de las órdenes de su padre era lo más estúpido que había hecho el pelirrojo, tarde o temprano habría consecuencias y, esta vez no se salvaría sólo por ser el hijo de Cupido.

"Puedes quedarte en la habitación de invitados, no creo que a Woong le moleste" informó.

"No se preocupé, Hyung. Tengo donde quedarme comentó con una sonrisa traviesa, obteniendo una mirada extraña de su mayor.

"¿Qué te traes, Min?" Ravn fruncia el ceño, hasta donde sabía Minho sólo conocía a él en el mundo humano.

"Hyung, hace una semana conocí a una persona interesante" el brilló en sus ojos llamó la atención de Ravn "es un humano capaz de verme".

"¿En serio?".

"Si, felix puede verme sin necesidad de ser visible" la emoción en Minho aumentaba cada vez que recordaba al rubio.

"No eso idiota" Ravn alzo una ceja, "llegaste hace una semana, y recién te apareces" reclamó, "ahora que soy un mortal, me menosprecias" fingiendo llorar, agachó y tapo su rostro.

"Si conocieras a Felix, también te olvidarías del resto".

Ravn estudio el rosto de su menor, y por un momento juró ver un destello en los ojos del pelirrojo, "como sea, ¿Entonces que haces aquí?".

Minho soltó un suspiró, y se hundió en el mueble, "me botó".

"Jajaja. Porque no me sorprende" el pelinegro se carcajeo sin importarle el rostro enojado del menor.

"¿Alguien me cuenta la broma?" Una tercera voz los hizo girar hacía la entrada, ahí en el umbral se encontraba un castaño con una barriguita de cinco meses.

"¡Amor!" Ravn se levantó de un salto y, corrió a ayudar a su pareja con las compras, con un movimiento rápido le arrebató las bolsas y dejó un suave beso en los labios del bajo.

"¡Hyung!" Minho con una sonrisa alegré, salió corriendo con los brazos extendidos hacía Woong, era la primera vez después de meses que volvía a ver al bajo, además era la primera vez que lo veía con la pancita, "Hyung, lo extrañé" apretó su agarré y dejó que la barriguita se interpusiera entre él y el castaño.

"Minho, soy menor que tú" Woong abrazo al pelirrojo y negó divertido.

"Tal vez en mi mundo, pero aquí tú eres el mayor" Minho se alejó un poquito, y abultando los labios miró al bajo "Hyung-".

Woong rodo los ojos, y sonrió "¿Qué problema causaste ahora?".

Enderezandose, Minho sacó de su casaca un frasco rosa "de casualidad, ¿Sabé dónde puedo conseguir esto?" Preguntó, entregandole el objeto.

El castaño examinó el frasco, y asintió "tengo uno, mi primo me lo regaló en mi cumpleaños, aún no lo he usado" al ver los ojitos alegres del pelirrojo, suspiró "si quieres te lo puedes llevar".

"¿De verdad? ¡Hyung, lo quiero!" Sonriendo, volvió a abrazar al castaño.

"¡Mocoso, deja a mi novio!" Ravn gritó desde la cocina.



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Con un bostezo, se estiró, la semana de exámenes estaba a punto de comenzar, y por un minuto pensó que reprobaria por culpa de un pelirrojo irritante, pero al ver que este acató la orden de irse y dejarlo estudiar en paz, estuvo tranquilo.

Si Minho seguía obedeciendo las reglas, y no cometía alguna tontería, tal vez podría hacerle un Tour por la Universidad.

Eran aproximadamente las once de la noche, y sus ojos no dejaban de pegarse ante tanto sueño, mañana era domingo, a sí qué podía descansar hasta que su suplicio iniciará. Y no hablaba de Minho.

Ahora que recordaba, el pelirrojo debería haber llegado de donde sea que estuviera, recuerda haberle dicho que podía volver a las diez.

Tal vez se perdió, imposible, era idiota pero no tanto. Además podía jurar que este se conocía muy bien el caminó. Y si no decide regresar, la emoción invadió su cuerpo, la sola idea de que no tendría que volverlo a ver a su alrededor, era mucha.

"¡Llegué!" Y ahí se fue su alegría.

Minho tenia una sonrisa brillante, como si hubiera ganado la lotería. Eso sólo preocupó al pelirubio, y le hizo pensar muy seriamente en quitarle su llave para que no entrará gritando.

"Ya es tarde, no hagas ruido" Felix se levantó de su asiento, y se encaminó directo a su armario. Obteniendo su pijama se encerró en el baño, estaba cansado, y la alegría del pelirrojo le era insignificante.

Con su ropa cambiada, salió, su cuerpo anhelaba la suavidad de su cama, con pasos lentos llegó a su cama, sólo para encontrarse a un intruso.

"Fuera, antes que te patee la cara" murmuró, no tenía ganas de pelear con el pelirrojo.

Minho levantó la sábana y palmeó el espacio libre, "no, prometiste dejarme dormir en la cama".

"Minho, largo, tengo sueño" esta vez su sueño se fue.

"Por eso, ven, ya es tarde" sonriendo, palmeó una vez más la cama.

Felix estaba decidido a golpearlo, pero como era una persona civilizada, decidió darle una oportunidad más, "la condición con que te quedarás, era que dormirias en el suelo",

"Tienes razón, pero dijiste que podría dormir en la cama si conseguía esa botellita que volvía espuma el agua" con una sonrisa brillante, metió su mano debajo de la almohada y sacó el dichoso frasco. La mirada sorprendida de Felix, le dio gracia y ternura al mismo tiempo, "te dije que lo conseguiría".

Estaba seguro que nunca lo conseguiría, por eso le prometió tal barbaridad, sabiendo que era imposible. Él mismo tuvo que hacer maravillas para conseguirlo, y suposo que Minho también los tendría. Pero el idiota lo consiguió en poco tiempo, que clase de magia uso el pelirrojo.

"Yongbokshi, ven a dormir" Minho pestañeo inocentemente. Felix quería ahorcarlo por lo irritante que era, aún a si se tragó el enojo y la vergüenza, y se recosto, sin antes poner una almohada entre ellos. Con una sonrisita burlona, cubrió al pelirubio, y susurró "buenas noches, Yongbokshi".

Con los nervios a flor de piel y sus mejillas rojas, cerró fuertemente sus ojos, y comenzó a contar hasta mil.

Esta sería la primera vez que compartiría cama con alguien. Su noche sería demasiada larga.




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💘 C͢u͢p͢i͢d͢o͢ E͢n͢a͢m͢o͢r͢a͢d͢o͢ || M͢i͢n͢l͢i͢x͢ 🏹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora