Sarah, max y las Tierras Desconocidas

Capítulo 41 Dentro de la obscuridad

La oscura magia de la sombra envolvió a Oliver y Octavia, llevándolos a un remoto lugar entre imponentes acantilados. La atmósfera era tensa, y la sombra mostraba su descontento. Las sombras danzaban a su alrededor, tejiendo un velo de misterio y malevolencia.
Oliver y Octavia, ante la presión de la entidad sombría, se arrodillaron en señal de respeto, demostrando sumisión a su poder. La sombra, con ojos que resplandecían en la oscuridad, observó con frialdad a los dos individuos que buscaban redimirse.
Sombra: (con voz tenebrosa) ¿Por qué debería perdonar su fracaso?
Oliver, siempre astuto, intentó persuadir a la sombra de cambiar su enfoque.

Oliver: (con cautela) Nuestro fracaso, señor oscuro, fue solo un tropiezo. Estamos aquí para enmendar nuestros errores y servirle fielmente.
La sombra, en su aura ominosa, analizó a los dos intrépidos ante ella. Octavia permaneció en silencio, su mirada intensa denotaba determinación y lealtad.
Sombra: (con escepticismo) ¿Por qué debería confiar en ustedes nuevamente?
Oliver, hábil con las palabras, desplegó su retórica astuta.
Oliver: (con astucia) Porque, mi señor oscuro, compartimos un objetivo común: obtener los fragmentos restantes del amuleto. Nuestra lealtad es inquebrantable.
La sombra, intrigada por la propuesta de Oliver, permitió que sus sombras se dispersaran levemente, revelando su interés. Octavia, en su quietud, mantenía una postura firme.
Sombra: (amenazante) Pero si vuelven a fallar, la oscuridad será su única compañía.
Con esta advertencia resonando en sus oídos, Oliver y Octavia se comprometieron a conseguir los dos últimos fragmentos del amuleto. La sombra, con un gesto de su mano, otorgó un impulso oscuro, potenciando las habilidades de los villanos para facilitar su misión.
Oliver: (sonriendo) No se arrepentirá, señor oscuro.
A medida que avanzaban hacia su destino, Oliver y Octavia tramaron un nuevo plan para obtener los fragmentos restantes. La sombra, en su esencia oscura, observaba desde las sombras, planeando la amenaza que se cerniría sobre Zenithar.

El pacto oscuro había sido sellado, y los villanos, imbuidos con el poder sombrío, se adentraron en la noche. La sombra, por ahora satisfecha, los dejó continuar su misión, pero con la advertencia perpetua de las consecuencias del fracaso.