Capítulo 4 Entre Sombras y Decisiones

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El amanecer pintó el cielo con tonos dorados mientras Sarah y Max regresaban a Bosqueverde. La inquietud se apoderaba de Sarah, y la sombra de la desaparición de su madre parecía alargarse con cada paso. Max compartía su preocupación, pero ambos se sentían determinados a descifrar los secretos que se escondían en su hogar. Al llegar, un silencio extraño envolvía la casa. Ethan no estaba en ninguna parte. La inquietud de Sarah se intensificó al descubrir una nota dejada en su habitación. “Lo siento, pero hay respuestas que debo encontrar solo. No puedo seguir poniendo en peligro a quienes amo.”

La revelación dejó a Sarah atónita. La dualidad de su hermano, la batalla interna que libraba, se reflejaba en esas palabras. Sin embargo, la desaparición repentina de Ethan sembró semillas de incertidumbre. ¿Qué había impulsado esta decisión? ¿Qué peligros acechaban en las sombras que él solo podía enfrentar?.
Decididos a encontrar respuestas, Sarah y Max regresaron al claro donde habían descubierto el colgante. La magia ancestral que resonaba en el amuleto ofrecía una pista tangible. Sarah lo sostenía entre sus manos, cerrando los ojos para conectarse con su energía mágica. Las runas cobraron vida en su mente, revelando imágenes fragmentadas. Un antiguo altar, ruinas que resonaban con el eco de susurros místicos, y una senda que se perdía en el corazón del bosque. Esta era la ruta que Ethan había tomado, una senda que los llevó a un rincón inexplorado de Zenithar. Junto a Max, Sarah emprendió la búsqueda de su hermano. El bosque susurraba secretos mientras avanzaban, guiados por la magia del colgante. Cada paso los llevaba más profundo en un territorio desconocido, donde criaturas místicas observaban desde las sombras.
Encontraron el altar, una estructura antigua donde la magia fluía como un río invisible. Sarah sintió que la energía mágica la envolvía, conectándola con los misterios que se tejían en el corazón de Zenithar. Una sombra se movía entre los árboles, y Sarah y Max se enfrentaron a una figura encapuchada. “¿Quién eres?”, preguntó Sarah, su mano instintivamente aferrando el colgante.

La figura se reveló como una anciana sabia y misteriosa con conocimientos ancestrales. Con ojos centelleantes, habló de Aelonis, el antiguo poder que había despertado en Ethan. Les advirtió de las sombras que se cernían sobre Zenithar y de la elección que enfrentaba Ethan entre la luz y la oscuridad. Siguiendo las palabras de la anciana, Sarah y Max continuaron su búsqueda, enfrentándose a desafíos mágicos y pistas que guiaban hacia la fuente de poder ancestral. En cada paso, la dualidad de Ethan se manifestaba en las huellas que dejaba atrás.
Finalmente, llegaron a un claro iluminado por la luz de Aelonis. Ethan estaba allí, sus ojos reflejando la lucha interna. “No puedo escapar de mi destino”, murmuró. La magia vibraba en el aire cuando una sombra oscura emergió de Ethan. Aelonis se manifestaba plenamente, revelando su influencia en las decisiones de Ethan. La luz y la oscuridad danzaban en un conflicto épico. La elección de Ethan resonó en la magia que rodeaba a Zenithar. Las sombras se retiraron, pero la luz era frágil, temblando en el borde del abismo. La historia de Zenithar tomaba un giro impredecible mientras los hermanos se enfrentaban a su destino entrelazado en un juego de luces y sombras.

 Sarah, max y las Tierras Desconocidas Where stories live. Discover now