Sarah, max y las Tierras Desconocidas

Capítulo 2 Sombras del Pasado

La mañana se desplegó sobre Bosqueverde, tejiendo hilos dorados en el cielo que contrastaban con la oscuridad que Sarah sentía en su corazón. Con su bolso atado y Max a su lado, dejaron atrás el hogar familiar y se adentraron en los senderos que conducían hacia el vasto desconocido. El bosque susurraba secretos mientras avanzaban, y la bruma matutina añadía un aire místico a su viaje. Sarah no podía evitar sentir que cada paso la alejaba más de la comodidad de su hogar y la sumergía en un mundo de incertidumbre." Crees que encontraremos algo?", preguntó Max, su mirada perdida entre los árboles que se cerraban a su alrededor. Sarah asintió, su mandíbula apretada. "Tiene que haber pistas, Max. Mi madre no habría desaparecido sin dejar rastro". Sus ojos, marcados por la determinación, exploraron el camino que se extendía ante ellos.

A medida que avanzaban, el bosque se volvía más denso, y una sensación inquietante se apoderó del entorno. Los susurros del viento comenzaron a sonar como murmullos distantes, como si el mismo bosque estuviera intentando comunicarles algo.

En un claro rodeado de árboles antiguos, Sarah detuvo su paso. Algo brillaba entre las raíces de un árbol centenario. Max se acercó, y juntos descubrieron un colgante de aspecto antiguo, adornado con runas mágicas. "Este colgante...", murmuró Max, examinándolo con atención. "Parece tener algún tipo de encantamiento". Sarah lo tomó en sus manos, sintiendo la magia que resonaba en su interior. Las runas parecían contar una historia antigua, una que se entrelazaba con los secretos de Zenithar. Mientras continuaban su viaje, los encuentros con criaturas místicas y pistas mágicas les indicaban que estaban en el camino correcto. Sin embargo, la sombra de Ethan seguía acechándolos. Desde las sombras, observaba cada movimiento de Sarah, su mirada teñida de un propósito desconocido. En su búsqueda, Sarah y Max llegaron a un antiguo santuario, un lugar de poder abandonado por eras. Las ruinas susurraban con ecos de la magia que alguna vez se desplegó en sus muros. "Mi madre estaría aquí", afirmó Sarah con convicción. Mientras exploraban el lugar, encontraron un viejo pergamino con un mapa detallado de Zenithar, señalando lugares de poder y antiguos sitios mágicos. La realidad se desplegó ante ellos: la madre de Sarah había estado investigando lugares cruciales, cada uno vinculado a la magia ancestral de Zenithar. Las pistas indicaban que el misterio se tejía en la trama misma de su hogar.

En la distancia, Ethan observaba desde las sombras, su mirada revelando una mezcla de preocupación y determinación. La transformación en su interior se intensificaba, y las sombras que lo rodeaban se volvían más densas. El sol comenzaba a ponerse cuando Sarah y Max decidieron regresar a Bosqueverde. La información que habían obtenido no solo había revelado la conexión de su madre con lugares de poder, sino que también señalaba a Ethan como una pieza central en el enigma.

Mientras se alejaban del antiguo santuario, Sarah miró hacia atrás, sintiendo que estaban en el epicentro de una trama que se extendía más allá de su comprensión. Y en algún lugar entre las sombras, Ethan se sumergía más profundamente en un destino oscuro que se cruzaba con el suyo. La oscuridad se cernía sobre Bosqueverde, y las sombras del pasado se proyectaban hacia el futuro incierto.