Sarah, max y las Tierras Desconocidas

Capítulo 36 Descubriendo Chaingchburg

Agradecidos por la hospitalidad del anciano de Chaingchburg, nuestros tres amigos encontraron refugio en la mejor posada del pueblo. La noche transcurrió tranquila, pero la mañana siguiente trajo consigo un giro inesperado: Sarah amaneció con un resfriado que la dejó en reposo.
Ante la situación, Alex y Max, con la preocupación reflejada en sus rostros, decidieron utilizar la pausa forzada para explorar más a fondo el pintoresco pueblo. Chaingchburg, con sus callejones empedrados y casas con encanto, tenía una historia rica que esperaba ser descubierta.
Alex entusiasmado dijo: Parece que Chaingchburg tiene más secretos de los que pensábamos. ¿Qué opinas, Max?
Max sonriendo dijo:  ¡Exacto! Vamos a sumergirnos en su historia y conocer a su gente.

Mientras exploraban las calles, los habitantes del pueblo compartían relatos de eventos pasados, desafíos superados y la esperanza restaurada gracias a la intervención de los tres amigos. En el proceso, Alex y Max se encontraron con Jessica, la amable dueña de la posada.
Jessica sonriendo les comento: Gracias por lo que hicieron. Chaingchburg no olvidará su valentía.
Max asintiendo le dijo:  Solo hicimos lo que creímos correcto. Pero hablemos más de ti y de este encantador lugar.
Durante la tarde, las risas llenaron las calles mientras compartían historias y disfrutaban de la calidez de Chaingchburg. Sin embargo, en medio de esta atmósfera alegre, Max comenzó a sentir algo más que amistad hacia su compañero Alex.
Max en sus pensamientos se preguntó: ¿Qué está pasando? Esto no debería suceder.
Mientras Max lidiaba con sus sentimientos internos, decidía mantener en secreto la chispa de amor que empezaba a surgir hacia Alex. La complejidad de las emociones se tejía en silencio, mientras el sol se ponía sobre Chaingchburg.
La jornada concluyó con Alex y Max regresando a la posada, donde encontraron a Sarah en proceso de recuperación.