Capítulo 13 El Diario de mi madre

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Con el diario en mis manos, me sumergí en las páginas desgastadas que narraban los orígenes de Zenithar. Las palabras impregnadas de tinta mágica contaban una historia que se remontaba a tiempos antiguos, cuando las facciones aún se forjaban y la magia fluía como un río ancestral.


En aquellos días, Zenithar era un lienzo inexplorado, sus tierras se extendían en una sinfonía de paisajes mágicos y secretos ocultos. Las facciones, cada una con sus propias creencias y habilidades, convergían y divergían en alianzas efímeras, tejidas por la magia que fluía en el aire.


Las páginas del diario revelaban eventos que habían dado forma al reino: traiciones en la oscuridad, pactos de lealtad, y criaturas místicas que danzaban en las fronteras de la realidad. Mi madre, en sus travesías, había sido testigo de estos episodios, enfrentándose a desafíos que solo la magia de Zenithar podía presentar.


Las criaturas olvidadas cobraban vida en las descripciones, susurros de nombres que resonaban en los bosques y montañas. En cada página, mi madre compartía los secretos de Aelonis, la antigua conexión entre la magia y la familia que ahora recaía sobre mis hombros.


A medida que avanzaba en el diario, la pluma de mi madre pintaba retratos de batallas mágicas, descubrimientos asombrosos y la constante lucha por mantener el equilibrio en Zenithar. Los lazos familiares se entrelazaban con la historia del reino, y yo me encontraba en el epicentro de un legado que había transcendido generaciones.


La magia de Zenithar, palpable en cada palabra del diario, abría las puertas a un pasado enigmático y a un futuro que yo estaba destinada a descubrir. Con el diario como guía, me sumergí más profundamente en la historia de Zenithar, ansiosa por desentrañar sus misterios y abrazar mi propio destino en este reino lleno de magia y maravillas.


Al terminar de leer las últimas líneas del diario, un torbellino de dudas invadió mi mente. Las palabras de mi madre habían revelado un pasado de Zenithar cargado de magia, secretos y desafíos, pero también habían dejado un rastro de incertidumbre en mi corazón.


¿Qué conexión tenía mi familia con Aelonis y su antigua magia? ¿Por qué mi madre había emprendido esta travesía llena de misterios? Las respuestas parecían esquivas, perdidas entre las páginas del diario y las sombras de Zenithar.


Las criaturas olvidadas, las facciones enemigas y las alianzas fraguadas por la magia resonaban en mi mente, creando un tapiz complejo de relaciones que se extendían a lo largo de generaciones. Mis raíces estaban entrelazadas con los eventos que habían dado forma a Zenithar, y ahora me enfrentaba a la responsabilidad de desentrañar el significado detrás de cada palabra escrita.


Con el diario aún entre mis manos, me sumergí en la contemplación. ¿Cómo enfrentaría los desafíos que se avecinaban? ¿Qué papel desempeñaría en esta historia de magia y legado? Las preguntas se multiplicaban, y la necesidad de respuestas se volvía cada vez más apremiante.


En el silencio de la habitación, decidí que mi búsqueda no se limitaría a las palabras escritas. Emprendería mi propia aventura, desenterrando verdades ocultas y explorando los rincones más profundos de Zenithar en busca de respuestas que resonaran con el eco mágico de mi linaje y el paradero de mi madre.


 Sarah, max y las Tierras Desconocidas Where stories live. Discover now