Inefable🖤 [Matheo Riddle]

Capítulo 25

TN POV

Su nombre resonaba en mi cabeza sin parar, como un disco rayado. Intentando pensar en que no eran más que imaginaciones mías pero viéndola allí, todo parecía tan real que tenía que admitir al fin que era cierto. Me había traicionado.

-¿No te lo esperabas, eh? -vaciló Voldemort y en ese momento tenía una mezcla de sentimientos dentro de mí que no sabía exactamente como gestionarlo. Miedo, nervios, dolor, angustia, odio, rabia. Pero decidí hacer la más fuerte a la mejor o peor opción, depende desde que perspectiva se viese.

Le di un cabezazo a uno de los mortífagos que me estaban sosteniendo a un lado y luego un codazo al otro a mi lado. La defensa personal que me había enseñado Mattheo era buena. 

Luego me avancé hacia Voldemort y atrapé todo su rostro con mi mano mientras que con la otra apretaba con fuerza su cuello. Sabía que era inmortal pero quería desahogarme de alguna manera. Aunque fuese inmortal hacía muecas de dolor por lo que sí que podía sentir algo. 

Recordé que por su culpa toda mi vida estaba destrozada en todos los sentidos, también recordé el daño que le había hecho a su hijo no queriéndolo, abandonándolo y todas esas cicatrices. Si había algo que no soportaba en la vida es que le hicieran daño a las personas a las que quería y Mattheo era mi pilar fundamental así que todas esas imágenes se me vinieron al instante.

Escuché ruidos y movimientos a nuestro alrededor pero no les prestaba demasiada atención hasta que alguien me lanzó un hechizo y salí volando por los aires. Choqué contra una columna y luego caí al suelo. Me dolió pro no tanto como lo que tenía en mi interior.

De repente, sentí como unos mortífagos me sostuvieron de nuevo, cada uno a un lado del brazo y entonces Bellatrix, la supuesta madre de Mattheo, se acercó a mí y sin siquiera usar su magia, sacó unas garras de sus uñas que estaban algo afiladas y me las clavó en el estómago.

-¡Ah! -fue el dolor físico más fuerte que sentí en toda mi vida. Comencé a escupir sangre por la boca, no podía aguantarlo porque sentía que me ahogaba.

-¡No! ¡A ella dejadla! -gritó mi padre desde la otra punta de la sala quien estaba agarrado por varios mortífagos que le impedían ayudarme.

Voldemort fue esta vez quien se acercaba a mí mientas yo le suplicaba con la mirada que hiciera que parase el dolor y el desangre.

-Lleváosla y aplicarle un hechizo curativo. La necesitamos viva para cuando llegue mi hijo. -ordenó y entonces los dos mortífagos que me agarraban por los brazos me llevaban a rastras. No podía ponerme en pie así que dejaron arrastrar mis piernas por el frío mármol que invadía la Mansión.

El dolor aún seguía pero el miedo aún más al pensar que tenía que dejar a mi padre solo. Quería evitar que pudiera pasarle algo pero mis defensas ya no me lo permitían.

Mientras me llevaban de nuevo hacia las mazmorras, antes de poder llegar a la primera escalera en su dirección, una figura de sombra llamó mi atención. Era Tom, el hermano de Mattheo, quien estaba escondido en una esquina de la sala. También llevaba traje de mortífago, con la capucha de la capa puesta. 

Se encontraba agachado pero entonces nuestras miradas se cruzaron. Se llevó el dedo índice a los labios pidiéndome silencio y luego me hizo un gesto con la cabeza que no logré entender bien del todo. Me dio como una especie de tranquilidad, como si fuese a ayudarme. ¿Sería eso cierto? ¿Y por qué Tom Riddle querría ayudarme sin tan siquiera nos conocíamos? ¿Por qué traicionaría a su padre?

No tenía fuerzas suficientes como para comerme el coco en lo que estaría tramando Tom, pero lo perdí de vista en el momento que mis ojos se cerraron por la poca energía que me quedaba.