【Extra 2】Capitulo 121

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Lin Qingyu se sorprendió mucho cuando supo qué era una "luna de miel".

¿Para Jiang Xing, que encontró demasiado lejos incluso la distancia entre el Palacio Xingqing y el Palacio Fengyi, para invitarlo a hacer un largo viaje juntos?

—¿A donde quieres ir?— Jiang Xing le ordenó a Xiao Songzi que desplegara el mapa de Dayu y lo colgara en la pared. Puso su mano sobre el hombro de Lin Qingyu y dijo: —¿Qué tal si vamos a la frontera sur?

Lin Qingyu dijo: —He estado en todos los lugares del sur.

—Hmm... ¿Qué hay de Xuzhou? Es la temporada de lluvias, por lo que los pequeños pueblos allí serían muy encantadores.

—Yo también he estado allí.

Jiang Xing tuvo un mal presentimiento. —Entonces, ¿Vamos al norte?

—Cuando tenía dieciséis años, me quedé en el norte durante medio año con varios compañeros aprendices.

Jiang Xing estaba de un humor complicado. —Has estado en todas partes y fuiste a todos estos lugares con personas que no soy yo.

—Un hombre aspira a viajar lejos y dejar su huella. Y ti te gusta anidar en un solo lugar.— Cuando Lin Qingyu lo dijo, un rastro de duda apareció en sus cejas.

Así es, en el pasado, viajó por todo el mundo con su maestro, haciendo el bien a la sociedad y salvando a la gente. Pero ahora no tenía mucho interés en ir a ningún lado, solo quería quedarse en casa con Jiang Xing.

Lin Qingyu miró a Jiang Xing.—Te culpo. Me has vuelto perezoso.

Jiang Xing sonrió y dijo: —¿Es todo culpa mía?

—No podemos seguir así, Jiang Xing.— Lin Qingyu dijo, hablando desde su corazón: —Mientras aún somos jóvenes, debemos aprender tanto como podamos y hacer todo lo que podamos. Quedarse todo el día en el Palacio, absorto en el romance; ¿Qué clase de vida es esa?

Jiang Xing no estuvo de acuerdo: —No lo hacemos todo el día. Tenemos mucho trabajo que manejar. Además, solo los jóvenes pueden sumergirse en el romance. Cuando seamos viejos, no seríamos capaces aunque quisiéramos.

Lin Qingyu dijo, con la mitad de la verdad: —No te preocupes, cuando seas viejo, aún podrás sumergirte en el romance. Solo necesito aplicar acupuntura.

Jiang Xing estaba muy emocionado. Pero, ¿cómo podría haber algo tan bueno? Debe haber un precio a pagar. Al final, prevalecieron sus ganas de vivir, —No, quiero seguir viviendo unos años más.

Los dos discutieron durante mucho tiempo, pero no pudieron llegar a una conclusión. En cambio, el tema se desvió cada vez más. Hua Lu entró para servirles fruta fresca,—Sus Majestades, esta es la pera enviada desde Qingzhou.

Después de que Lin Qingyu se volvió a casar por tercera vez, esta vez con el emperador, Hua Lu ingresó voluntariamente al Palacio y ahora era la sirvienta a cargo del Palacio Xingqing. Tanto ella como Huan Tong pensaron que Lin Qingyu había sido forzado a este matrimonio y ella entró al Palacio para continuar sirviendo a Lin Qingyu. Huan Tong quería entrar al palacio para continuar sirviéndolo también, pero de acuerdo con las reglas, tenía que castrarse y Lin Qingyu no podía soportar que eso le sucediera. Y así lo dejó en la Mansión del General para que aprendiera a administrar una casa de Yuan Yin.

Jiang Xing casualmente tomó una pera de la canasta y la arrojó arriba y abajo por diversión. —Ya que has visitado todos los lugares que vale la pena visitar en el Dayu, ¿Por qué no dejamos que el azar decida a dónde vamos de luna de miel?

Casado tres veces con un pescado saladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora