Viajero en el Tiempo

Capítulo 15

1879, Londres

P.O.V Maite:

Ya pasó un mes desde que estamos aquí. Me acostubré un poco a la vida victoriana, quitando la parte de cagar en un agujero y tirarle acerrín a la mierda, pero bueno, detalles. Hoy en el desayuno, que por cierto es repugnante ¿quién carajo se puede mandar judías, pan y té a las siete de la mañana?, William nos dijo que tenía que decirnos algo importante a los tres y lo fuésemos a ver los tres a su oficina. Supuse que era algo relacionado con los Holmes o la fabricación del chirimbolo magnético transtemporal o algo así.

Salí de mi habitación vestida con ropa de casa, gracias a Dios tenían guardado ropa de cuando eran adolescentes y podía ponerme pantalones.

- Mar. -

- Hola caracola, ¿qué crees que querrán?-

- Seguramente decirnos que vamos a ver a los Holmes otra vez ¿Mateo?-

- Ya está ahí.-

Sin más, asiento y vamos con ellos. Cuando entramos no solo están los cuatro, también Bond y Moran. Tomo asiento entre Mateo y James. Ni bien apoyamos el culo, William nos sonríe y saca una foto de un tío que parecía un noble. Miré a Marta, ya sabíamos lo que se venía. Mate estaba en un cumpleaños como siempre y no captó la mirada que intercambiamos.

- El es sir conde Whitman, un aristócrata de Manchester. Su fortuna es gracias a la fábrica de juguetes que fundó su abuelo y que ahora es suya.- Empieza a explicar Albert para luego sederle el turno a William.

- Ha habido casos muy similares de desapariciones de niños a lo largo de Manchester... Sospechamos que él puede estar relacionado.- No lo dijo textual, pero se da a enterder que más que sospechar ya lo saben.

- El notas, además de vender cosas para niños, vende niños ¿no?- Supone Mateo.

- No.- Niega William y luego sigue. - Yo pensé lo mismo, pero la oferta de tráfico infantil no ha aumentado según Albert. Por lo que lo más probable es que se los quede él.-

- ¿Pederasta?- Pregunto.

- Lo más probable, sí.-

Luego de eso se formó un silencio para que los tres procesaramos la información.

- Sin embargo, este es un caso un poco complicado... Por eso los llamamos, nos gustaría un poco de ayuda. De su ayuda.- Recalca al final.

- No.- Dice Marta ni corta ni perezosa.

Todos la miran, Louis frunciendo el ceño y William extrañado.

- ¿No? Eso es un poco egoís- -

Marta interrumpe a Will.

- Que ni se te pase por la cabeza-

El tono de Mar me preocupaba. Ella siempre tuvo mucho carácter y sé que los Moriarty en específico le tocaban un poco los huevos.

- ¿Qué? ¿Que qué egoísta que soy por no querer ayudar a unos pobres niños abusados?- Puso un tono dramático en la última pregunta. - Este es un marrón en el que se metieron ustedes, no yo, no Maite, no Mateo, ustedes solos. Si es que ingleses tenían que ser, con su superioridad moral y su necesidad de meter en problemas a ajenos.-

- Marta.- Mateo la para en su monólogo anti británicos.

- Entiendo tu punto, Mar, pero no les pediríamos ayuda a no ser que fuese estrictamente necesario.- Interviene Albert que siempre fue el mediador de todo.

- Marta tiene razón.- Digo.

El que yo haya estado de acuerdo con ella pareció sorprender a William. Quizás Marta tenga razón. Quizás siempre la tuvo. William tiene un complejo de Mesías muy evidente, además de ser una persona manipuladora. Al principio pensé que solo lo era con malas personas o cuando fuese necesario, pero lo he visto torciendo las cosas y haciendo gaslighting a James e incluso a Albert.

- Me dijiste cuando desperté que esto lo hacías por gratitud, no por esperar algo a cambio. Nos están metiendo en su plan sin que queramos.-

- Me conoces, sabes que yo no haría eso...- dijo de manera suave con una sonrisa dolida.

Trava, hijo de puta, garca de mierda, chanta, mentiroso, forro. Nos está usando, siempre lo estuvo. Esa sonrisa de pobrecito yo la conozco, es la misma que ponía mi ex. Si es que son todos unos mentirosos. Al final si va a ser quetodos los hombres son iguales.

- Creo que es mejor un momento a solas para decidir entre nosotros y hablar con calma.- Dijo Mateo.

A veces agradezco que alguien como él esté aquí, más calmado; como un golden retriever, porque Marta y yo somos del tipo de persona que si se muerden la lengua se mueren por su propio veneno.

Con eso, nos vamos los tres a la habitación de Marta. Me siento en la silla del tocador, Mar en el borde de la cama y Mate se queda parado. Nos quedamos en silencio hasta que nuestro amigo decide romperlo.

- No creo que haga daño ayudarlos. Se están dejando llevar por su desconfianza, hay niños pasándola mal, los podemos ayudar...-

- No es eso, Mateo. Ellos pueden hacerlo solos, siempre han podido porque William sabe que no puede permitirse morder más de lo que puede masticar. -

- ¿Entonces por qué nos pediría ayuda?-

- Prueba de lealtad.- Le responde esta vez Marta. - Quieren saber que tan debotos o dispuestos a estarlo somos. Maite tiene razón, no muerden más de lo que pueden masticar, por eso matan a nobles sin influencia real y no a políticos de elite o gente de la iglesia.-

Mateo se queda callado por un momento con la cabeza gacha, pensando. No es tonto, solo tiende a pensar bien de todos, pero sabe de lo que hablamos.

- Solo matan a los monos, pero no a los dueños del circo. - Por fin entiende. De todas formas vuelve a preguntar. -¿Están seguras de que puede ayudar a los niños que dijo?-

- Sí, siempre han podido los tres, no creo que no puedan ahora. Además, en caso de que realmente no puedan los ayudamos.-

- Vale, deberíamos decirles entonces.-

Las dos asentimos. Cuando entramos a la oficina se podía hasta masticar el aire de la tensión.

- ¿Entonces?- El tono dolido y empático de William parecía haberse esfumado, ahora hablaba de una forma autoritaria que no había escuchado nunca.

- No, ustedes pueden solos y una promesa es una promesa, no nos usarías para tu plan. Fin de la historia. -

Por el contrario de lo que pensé, su rostro se relajo y nos sonrió.

- Entiendo, en tal caso, nosotros nos retiramos, estaremos fuera por una semana.-

Con eso, se dio por zanjado el tema. Los tres no quedamos parados viendo como ellos se abandonaban la sala. Una vez quedábamos solo nosotros intercambiamos una mirada para después salir también. Tal vez, solo tal vez, la mejor adaptación de Moriarty no es la del anime sino que la del BBC...