Capítulo 2

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POV: Maite

Estábamos los tres en un silecio sepulcral mientras Mateo se trataba sus golpes y yo hacía lo mismo con los de "William". Contexto, Mateo y el tipo este empezaron a pelear mientras mi compañero le preguntaba cosas como "¿Quién coño eres?" O "¿Qué haces aquí, cabrón?" (Sí, es un poco cani ¿Cómo lo supiste?) Y el otro se defendía afirmando no tener intenciones de hacer daño y que necesitaba ayuda nada más. En un momento de debilidad por parte del desconocido me tiré encima de él dándole tiempo a mi amigo para atarle las manos con una correa de perro (No me preguntes de donde salió porque no tenemos mascotas). Y así es como terminamos de esta manera, con un hombre que afirmaba seriamente ser un personaje de un anime/libro atado de manos en el sofá de nuestro piso.

-- Entonces, tú eres William James Moriarty y estabas en tu casa en el siglo XIX cuando de repente te quedaste dormido y apareciste en medio de una avenida donde te atropelló una bicicleta ¿Me equivoco?-- Corté el silencio incómodo.

-- Está totalmente en lo correcto, señorita Maite. -- Respondió.

-- Ya y yo soy Naruto, no te jode. -- Respondió fastidiado Mateo.

-- Es un otaku flipado de la cabeza con problemas de personalidad múltiple. Llamemos a la policia y aparcao'. -- agrega.

"William"; con quien estaba frente a frente para poder limpiarle las heridas resientes y viejas con más comodidad, me miró con súplica, como pidiéndome que no le haga caso.

-- Sí es verdad, ya tenemos bastante con lo que tenemos, dame tu móvil que el mío no tiene bateria así llamo a la po-.--

-- ¡No! Por favor, lo que digo es enserio podéis preguntarme lo que queráis para comprobarlo, pero no me reporten a las autoridades, os lo ruego.--

Me alejé de él y voltée a mirar a Mate.

-- No perdemos nada.-- Digo

-- Es verdad, venga, tú eres la que sabe de esto pregúntale tú.--

Pensé en qué rayos preguntarle. Sin embargo, si estaba tan loco como para jurar ser el profesor Moriarty y hacerle un cosplay debía saberse el anime de pe a pa. Y ahí fue que se me ocurrió.

-- Quítate la camisa.--

-- ¿Qué? --

-- ¿Discúlpeme? --

Al ver que ambos hombres se veían sorprendidos, me acerqué a Mateo para decirle lo que pensaba.

-- Quiero ver si tiene la cicatriz de la vacuna de la tuberculosis. -- Le susurro a la oreja mientras él me mira con asombro y luego me sonreía de forma astuta.

-- Solo necesitamos verte el brazo. -- Me respalda.

"William" hace caso y nos muestra el brazo que le pedimos. Efectivamente, no había marca de vacunación. Mate y yo nos miramos sorprendidos. Llegando simultánea y silenciosamente a la conclusión de que, aprovechando que él era estudiante de historia, sería más útil preguntarle cosas relacionadas a la época victoriana.
  Después de acribillarlo a preguntas que respondió correctamente de forma educada (demasiado) y sonriendo. Le hice la pregunta final, siendo sinceros todavía no me tragaba del todo el cuento de "Soy el señor del crimen viajero en el tiempo" así que esperaba que simplemente se quedase trabado y pudiésemos llamar a la policía de una vez sin sentirme culpable.

-- Bueno, si eres el verdadero William J. Moriarty entonces has tu gracia y deduce cosas sobre nosotros.-- Dije, viendo como instantáneamente una sonrisa maliciosa se le formaba en los labios.

-- Si usted lo pide, yo encantado. Ninguno de los dos llega a los 23 años, estamos en España sin embargo la señorita es extranjera, aunque parece llevar mucho tiempo viviendo aquí. Ambos son estudiantes universitarios, el chico claramente de historia y usted de, posiblemente, derecho o algo relacionado. Además, hay una tercera persona viviendo aquí; esa tal "Marta" que también es estudiante y, por lo completo que se ve este kit de enfermería deduzco que es algo relacionado con la medicina. Me sorprende gratamente que las mujeres puedan estudiar carreras tan importantes en estos tiempos. El señor Mateo viene de una familia de clase media-alta, la señorita Maite, sin embargo parece provenir de una región menos privilegiada y encuanto a la señorita Marta no puedo decir nada. A pesar de esto, por la confianza que se tienen, parece que los tres son amigos sin preocuparse por la clase social a la que pertenecen; me alegra que algunas cosas de la sociedad de mi época hayan cambiado. ¿Queréis que diga algo más?--

El culo cerrado y la boca abierta, así es como nos había dejado a Mateo y a mí.

-- Mierda. -- Fue lo único que salió de mi boca.

-- ¿Y ahora qué hacemos? -- Me preguntó Mateo.

-- No lo sé. --

En ese momento nos dimos cuenta de que teníamos al mismísimo Señor del Crimen en frente de nosotros atado de manos con una correa de mascotas. Bueno eso pensábamos porque de repente se suelta las manos el solo, empezando a frotarse y acariciarse la parte de la muñeca que había estado apretada con fuerza mientras nos sonríe amablemente cerrando y achinando los ojos.

-- Ahora, si me permitís haceros unas preguntas a vosotros ¿Dón- mejor dicho ¿Cuándo estoy?.--

Terror puro era lo que reflejaban nuestras caras.

Viajero en el TiempoWhere stories live. Discover now