All eyes on me [Law x OC]

Capítulo 26

Aviso: La portada no me pertenece, ha sido realizada por la artista @fery_dds.

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A medida que se acercaba por el pasillo, Serah pudo notar que el ambiente en el comedor era mucho más animado de lo habitual, y eso era complicado porque sus compañeros ya eran bastante payasos sin necesidad de ayuda. La puerta estaba abierta y de ella salían algunos gritos.

–¡Y Luffy le dio una patada a Doflamingo! –contaba el tirador de los Sombrero de Paja subido a una silla– Pero obviamente sin mi ayuda jamás podrían haber despertado a los juguetes. ¡Gracias al gran capitán Ussop!

–Eso es impresionante –Bepo y otros compañeros comenzaron a aplaudir las hazañas del pirata.

Shachi y Penguin escuchaban también la historia con atención pero sin actuar tan efusivamente. Todos se habían sentado alrededor de una mesa alargada de metal, presidida por el capitán, que no soltaba palabra y estaba demasiado concentrado en su plato.

Allí también estaba Robin, la arqueóloga y amiga de Serah, además de un niño pequeño que no recordaba haber visto antes, y aquel extraño samurái que había conocido cuando estuvo en el Sunny celebrando con los Sombrero de Paja la victoria en Dressrosa.

–Hola, chicos –saludó ella al entrar en el comedor.

Robin dirigió su mirada azul hacia la recién llegada y la saludó con una mano pues estaba comiendo y le parecía de mala educación hablar con la boca llena. Ussop se bajó de la silla y también la saludó de lejos. Bepo solo le sonrió, Law no se había girado siquiera, estaba ocupado con su tostada. Pero Shachi y Penguin compartieron miradas cómplices y luego se dirigieron a la chica.

–¿Qué tal, bella durmiente?

–Genial –dijo ella con una falsa amplia sonrisa, dirigiéndose a saquear la nevera.

–No sabía que tenías el sueño tan profundo –siguió pinchando Shachi.

–Ni te imaginas, yo me tumbo y no vuelvo a abrir los ojos.

La muchacha había sacado una taza del mueble intentando evadir sus comentarios. La preparó con leche y cacao en polvo, y después la metió un par de minutos en el microondas.

–Seguramente no sea lo único profundo que tenga, verdad ¿capitán? –dijo Penguin aguantando la risa.

Law, que hasta ahora solo había lanzado alguna que otra mirada furtiva a su tripulación, se tuvo que apartar la taza de café al atragantarse por un sorbo. Aguantó la tos como pudo.

–¿Cómo? –preguntó con los ojos extremadamente abiertos, creyó no escuchar bien.

–Claro, me refiero a su poder –explicó Penguin, sin poder aguantar la risa– ¿No dijo que la iba a entrenar?

La cara de Serah al otro lado de la cocina era un poema, simplemente se quedó de brazos cruzados mirando al capitán. Law por su parte solo se tapaba los ojos con la palma de la mano, aguantando las ganas de cortar un par de cabezas ya de buena mañana.

–Vaya Torao, qué tripulación más animada –rió Nico Robin tras haber acabado su desayuno– No nos vamos a aburrir sin Luffy.

–Esto es incluso mejor –añadió Usopp mirando a su compañera.

–Menudas vulgaridades dicen estos piratas... –susurró el samurai, haciendo el amago de tapar los oídos al niño que tenía a su lado– Será mejor que no escuche esto, señorito Momonosuke.

Trafalgar Law suspiró en voz alta, no era una persona precisamente paciente pero sus amigos iban a llevarlo al límite, lo sabía perfectamente. Se aclaró la garganta, ignorando totalmente las caras burlonas de su tripulación.