Capítulo 21

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Aviso: La portada no me pertenece, ha sido realizada por la artista @fery_dds.

Nota: otro capítulo con cosas sexuales.

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Era de noche y bastante tarde, el submarino estaba en completo silencio salvo por el ronroneo del motor. Serah abrió los ojos, la espalda le dolía horrores y sentía la piel palpitar. Desconocía cuántas horas había dormido, pero ya se sentía casi completamente descansada.

Se sentó en el borde de la cama después de estirar las piernas y los brazos, no había sido la postura más cómoda pero tampoco quiso meterse dentro de las sábanas, no pensó en dormir tanto.

¿Sería buena idea ir a darse una ducha ahora y aprovechar para limpiar el tatuaje?

Tomó una muda limpia de ropa y se encaminó a la zona de las duchas, no había nadie en el pasillo, tampoco en el comedor. En la zona del baño también reinaba el silencio, o casi.

Abrió con cuidado la doble puerta y se escabulló dentro exitosamente. Dejó todo en el banco metálico que había en un lateral y comenzó a desvestirse, con cuidado de no tocar el tatuaje. Despegó la tela que tenía aún en la espalda para tapar la herida, ya había absorbido bastante. Por ahora era mejor lavar y dejarlo curar al aire.

–¿Otra ducha nocturna? –una profunda voz salía de una de las duchas que tenía la cortina corrida.

El agua dejó de gotear, unos pasos resonaron por el charco que había en el suelo. El plástico blanco desapareció de su vista y tras él, apareció el capitán.

Serah no apartó la mirada avergonzada como ya ocurrió una vez hace semanas. Después de la noche anterior ya había memorizado cada rincón de su cuerpo y no sentía pudor alguno.

–No me llego bien a la espalda, ¿me quieres ayudar, capitán? –preguntó la mujer, enseñándole el nuevo tatuaje.

Pero su voz no era simplemente una petición, era en tono juguetón. Él se mordió el labio inferior, le causaba cierta gracia que ahora compartieran el mismo diseño en el mismo lugar.

–Claro –la invitó a pasar a su misma ducha.

Ambos rieron, había cierta tensión no resuelta en el aire. Parecían dos adolescentes con las hormonas desatadas. La chica se terminó de desnudar y caminó hacia él. Luego corrió la cortina a la vez que los dos ya estaban dentro, ella le daba la espalda al pirata.

Law giró el grifo del agua caliente y Serah soltó un pequeño grito por el susto del líquido cayendo sobre su cuerpo. El capitán no tardó mucho en enredar sus brazos alrededor del cuerpo de la morena, con cuidado de no presionar el tatuaje.

Lo bueno de ser de la misma altura era que no tenía que inclinarse para poder oler su cuello con cuidado, pasear sus manos traviesas por las caderas de ella, depositar un pequeño beso en el hombro desnudo.

Serah río, su voz hizo eco en el pequeño cubículo donde estaban los dos. Se inclinó hacia atrás, apoyada en el cuerpo del capitán, obligándolo a retroceder, lo suficiente para que pegase su espalda contra la pared de azulejos del baño. Entonces ella siguió ahí reclinada, sobre su pecho, con la cabeza hacia atrás, pidiendo un beso que no tardó en llegar.

El cirujano comenzó a besar su hombro, su cuello, luego su mejilla y por último atrapó sus labios desde el lateral derecho. El agua seguía cayendo sobre ambos, y la temperatura iba en aumento.

Tras el primer beso, bajó su mano hasta el pecho de su compañera, acariciando sus senos con cuidado, provocando que la piel se erizase ante el contacto y los pezones se le endurecieron demasiado rápido.

–Mmm... –la chica había gimoteado algo mientras seguían besándose con lengua.

Tenía los ojos cerrados, disfrutando de la calidez de su cuerpo, sus besos cariñosos y sus amables caricias. Pegó el trasero a la entrepierna de él, esperando la obvia erección que estaba teniendo por la situación.

Law le mordió el labio inferior, intentando calmarse. Si fuera por él ya la había levantado a pulso contra la pared y la habría hecho suya una y otra vez, hasta que el baño se llenase de sus gemidos, e incluso le hubiera dado igual que alguien de la tripulación los escuchara.

Pero quería jugar un poco más.

Casi como si ella pudiera leer la mente, se giró hacia su capitán y siguió con el beso pendiente, enterrando sus dedos en el cabello mojado y despeinado del pirata. Law la había rodeado con ambos brazos por la zona baja de la espalda, evitando que se pudiera mover mucho más.

Pero ninguno de los dos quería irse, o ceder ante el otro. El médico disfrutaba cuando ella tomaba el control pero esta vez quería ser él, así que fue acariciando sus muslos intentando escurrirse dentro pero una mano lo detuvo.

–¿No quieres? –preguntó algo confuso, el día anterior casi le había suplicado seguir.

–Me gustaría complacerte un poco –murmuró.

Serah bajó la mano que tenía apoyada en el pecho de su capitán, y fue descendiendo a la vez que el agua caía sobre esos músculos que tanto amaba besar, hasta llegar a su cadera. Tomó su pene por el tronco, estaba tan erecto que notaba la palpitación en la mano cuando lo rodeó con sus dedos.

El cirujano no dijo nada, solo apoyó la espalda en la ducha de nuevo y disfrutó. Ella continuó subiendo y bajando la mano, acariciando desde el glande –con cuidado por la sensibilidad de la zona– hasta el inicio de su miembro.

Luego siguió besando a su amante con lengua mientras seguía masturbándolo con cuidado. No podía parar de pensar en las ganas que tenía de volver a tener sexo con Law, de que la volviera a tirar sobre la cama y que la penetrase una y otra vez hasta llegar al orgasmo juntos.

Pasados unos minutos, donde él soltaba algún que otro gemido, detuvo la mano de Serah abruptamente. Cerró el grifo de la ducha.

–Si sigues voy a ... –intentó decir.

–¿Cuál es el problema? –murmuró ella contra su cuello mojado.

–Que quiero hacer otra cosa –respondió antes de levantar su mano– Room.

Serah entrecerró los ojos cuando pudo leer sus intenciones, pero ya era demasiado tarde porque ambos habían desaparecido de la ducha y estaban sobre una de las camas impolutas de la enfermería.

–¡Law! ¿Qué demonios haces? –reclamó al sentir como su cuerpo estaba mojando las sábanas blancas, ahora le importaba poco el dolor de su espalda.

El hombre solo se rió antes de apartarse de la mujer y fue caminando a su escritorio, ignorando completamente su desnudez. Por suerte, no había nadie allí. Abrió el primer cajón y agarró algo pequeño de color azul, luego volvió a la cama con ella.

–¿Qué planeas? –preguntó confusa.

El pirata le enseñó el envoltorio del preservativo que acababa de recoger como si fuera lo más obvio del mundo, no solía llevar uno encima. Encontrarla en la ducha había sido una pequeña sorpresa, bastante agradable si cabe añadir.

Después volvió a tomarla en brazos y en mitad de un apasionado beso, aparecieron en el cuarto de él. Ya tendría tiempo de recoger las sábanas de la enfermería que había en el suelo de la ducha, los cojines de su cama que ahora estaban en la enfermería... Su habilidad a veces tenía cosas malas.

Sin darle tiempo a reaccionar, había tumbado a la chica sobre la cama y comenzaba a acariciar su cadera hasta bajar peligrosamente a su zona íntima. Esta vez ella no puso pegas, abrió las piernas y encantaba lo recibió aquella vez como las otras tantas que ambos aguantaron esa larga noche.

¡Aquel hombre la volvía loca!

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Nota de la autora: no sé cuantas veces he escrito ya lemon con Law (con hombres y mujeres, viva la bisexualidad). Últimamente estoy pensando más en él que mi novio dfhdfhhye xD.

Gracias por leer! <3

All eyes on me [Law x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora