Memorias

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Mary

La cena con papá estaba siendo un éxito, o algo así, estaba segura de que Krel no pensaba lo mismo. El pobre era interrogado por mi padre sobre cosas triviales y otras no tanto, preguntas incómodas y algunas muy fuera de lugar.

—¿Cómo fue que murieron tus padres? —miré mal a papá y me giré hacia Krel.

—No tienes que responder eso. Lo lamento.

—Esta bien. —acarició mi mano.— Ellos fueron asesinados durante un conflicto político.

Hubo una larga pausa silenciosa, creo que mi padre no esperaba esa respuesta. Cambió de tema luego de un sorbo de agua.

—Dime, ¿que tan lejos llegaste con mi hija?

—¡Papá!

—Solo quiero saber.

—Bueno... —me miró sin saber que responder.— Estoy aquí sentado y supongo que es un avance en... ¿Nuestra relación?
...

Luego de la cena y una taza de té helado Krel se despidió y lo acompañé a la puerta.

—Así qué... ¿Nuestra relación? —él soltó una risita nerviosa.

—Sobreviví al interrogatorio de tu papá, lo mínimo que espero es oír un sí cuando te pregunte si quieres ser mi novia.

—Eso no sonó a una pregunta.

—No lo fue, me gustaría tener una cita contigo y ya sabes, hacerlo como se supone que debo hacerlo...

—Luego de todo lo que paso, no creo que exista mejor momento que este. La respuesta no cambiará.

—Bien, entonces ¿Quieres ser mi novia? —me reí, debí suponer que no diría algo muy romántico.

—Claro que si. —pasé mis brazos al rededor de su cuello y lo abracé con fuerza, el correspondió abrazando mi cintura.

—Ya muchacho, es tarde. —papá se asomó por la ventana.

—¡Lo siento señor Wang, ya me voy! Mer... —el sonido de su teléfono lo interrumpió.— Es Aja, ¿Qué pasó Aj? —respondió sin romper el abrazo.
Hablaron por dos minutos, más ella que él, intenté escuchar un poco de lo que decía, parecía serio, algo sobre una reunión de vida o muerte. Terminó la llamada y suspiró cansado.

—¿Ya te vas?

—Si, ¿recuerdas que te dije que hoy había sido un día difícil? —asentí.— Bueno, al parecer no termina. Ve a descansar ¿si? Hablamos luego. —se apartó un poco, sonreí y volví a acercarlo a mi.

—Regla número uno, siempre debes saludar y despedirte de tu novia con un beso.

—Puedo acostumbrarme.

Entré a la casa luego de mi beso de despedida.

Narrador

—¡A sus puestos! ¡Tomen sus neurometros! —Kubrits ordenó.
Los escuadrones armados se alinearon a un lado, la mujer marchó junto a los presagios que se acomodaron frente a los soldados. Morando chasqueo los dedos y las máquinas se agruparon detrás de él.

—Prometiste la tecnología del Presagio a cambio de mi ayuda.

—Esta operación es muy importante para que alguien como tu la comande. Te los devolveré cuando la realeza haya caído. —Morando habló sin siquiera mirarla, subió en un jet junto a los Presagios y se marchó.

—¿Esta segura de este trato, Coronel? —Costas preguntó. Todo este asunto de Morando y sus armas no le gustaba para nada.

—Solo sé que si cooperamos contaremos con tecnología inimaginable, y si no lo hacemos nos destruirá. No tengo duda sobre eso.
...

Mary WangWhere stories live. Discover now