Janus

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Krel

—¿Y que tal todo con Mary?

—No lo sé, las cosas se volvieron un poco extrañas.

—¿A que te refieres con "extrañas"? —Clara marcó unas comillas con sus dedos del otro lado de la pantalla.

—Ya te lo dije, no lo sé, es como si algo hubiera cambiado en ella. —suspiré frustrado.

Tía Lucy me había pedido salir por unas cosas, intenté negarme, pero fallé, por lo que ahora me encontraba en el supermercado haciendo videollamada con Clara.

—¿Y ya le dijiste lo que sientes?

—Si... No. Bueno, algo así.

—¿Cómo que algo así?

—Prácticamente se lo hago saber cada vez que la veo.

—¡Así no es como funcionan las cosas Krel! Ay, que horror, ya me escucho igual que Mary. —se golpeó la frente con su mano, se quejó por el golpe segundos después.

—¡Esto es patético! ¿Por qué las mujeres son tan complicadas? —Clara me miró mal y yo me encogí de hombros, a veces olvidaba que también era una chica, ella negó con la cabeza y volvió a hablar.

—Mary no es cualquier chica, ella necesita una declaración para estar segura de lo que sientes.

—Lo sé, pero ella lo hace difícil, si pudiera la haría sentir como si fuera la única chica en el mundo, como si fuera a la única que querré en mi vida, como si fuera la única que conoce mi corazón...

—¿Eso es de Rihanna?

—Si, traigo pegada la canción desde que me desperté.

—¡Eso es! Puedes confesarle tu amor cantándole una canción.

—¿Cantarle una canción? ¿no crees que es muy cliché?

—Si, esa es la idea.

—No puede ser... Aquí viene.

—¿Quién?

—Mary. Lo siento, tengo que cortar.

—¡No te atrevas a..! —terminé la llamada antes de poder oír lo que decía.

—Hola Mer. —saludé de manera apresurada, ella saludó con una sonrisita y siguió caminando por el pasillo, creí que iba a detenerse, pero no lo hizo, así que la seguí.— ¿Qué estás haciendo?

—¿Comprando? —respondió algo desconcertada por mi estúpida pregunta.

—Claro, es un supermercado y estás aquí comprando porque es un supermercado. Tiene sentido.

—¿Te sientes bien? —rió bajito mientras ponía unas cosas dentro del pequeño canasto en sus manos.

—Pff obvio. ¿Tu estás bien? —ella asintió.

—Papá hará una reunión súper aburrida con sus amigos del trabajo y me pidió si podía hacer galletas, le dije que si, pero como no tenía los ingredientes salí a comprarlos. ¿Tu tienes planes para más tarde?

—¿Por qué preguntas?

—Bueno, no estoy invitada a la reunión de papá así que pensé que si estabas libre podríamos pasar el rato juntos, ¿que dices?

—Yo... Tengo cosas que hacer. —hubo una larga pausa entre nosotros, quizá ella esperaba otra respuesta.

—Esta bien, nos vemos otro día entonces. —apoyó su mano sobre mi hombro, besó mi mejilla y se fue.
...

Mary WangWhere stories live. Discover now