Rubicon

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🚨ADVERTENCIA🚨
Este capítulo contiene escenas y referencias explicitas de muerte. Leer bajo su propia responsabilidad.

Narrador

—Esta es el área cuarenta y nueve B. —la coronel Kubrits estaba mostrando a Morando las instalaciones.

—Que colección tan pintoresca. —observó con tranquilidad las piezas de tecnología que la mujer y sus soldados habían robado a lo largo de los años, algunas eran tan antiguas que él ya no las llamaría "tecnología".

Por un instante a Morando le repugno ver a las criaturas muertas dentro de los frascos que también formaban parte de la colección, el sentimiento desapareció de inmediato cuando apartó la vista.

—Por ahora. Pero gracias a los droides que me dio creo que mi colección crecerá exponencialmente. —se detuvo frente a la oscura celda de Tronos.

—Dijiste que colaboras con Tronos Madu.

—Es una bala perdida, un día coopera y al siguiente se revela. —dio unos golpecitos contra el vidrio.

El caza recompensas se azotó contra el vidrio con todas sus fuerzas logrando agrietar lo a la altura de sus manos.

—Te mataré... —sentenció mirando a Kubrits a los ojos mientras miles de rayos eléctricos rodeaban su cuerpo, la mujer del otro lado de la celda sonrió con superioridad, ella no le temía.

—¿No te digo?

—Rey Morando... —la sorpresa en la voz de Tronos fue notoria al ver al Rey autoproclamado frente a él. —Mi señor... —se arrodilló frente a él mientras las palabras salían de su boca en un susurro mentiroso.

Ahora, en la mente de Tronos, el título, la reverencia, y las palabras de respeto eran solo para la Princesa Aja.

—¿Lo tienes enjaulado? —Morando no pudo evitar comparar a Tronos con los animales mutados dentro de los frascos.

—Solamente así logro controlarlo. —Kubrits esperaba una felicitación, no la recibió.

—No está bajo tu órdenes. ¡Es mi caza recompensas! —el hombre de capa golpeo el vidrio.— Abrela, ¡ahora! —exigió. La Coronel le lanzó una mirada a Costas, que desactivó la celda aún que fuera una mala idea.

—Gracias por liberarme... —Tronos dio un paso atrás mientras el vidrio se alzaba y Morando entraba a la jaula.

—¿Cómo no hacerlo? —con un elegante movimiento de mano, Morando atravesó el pecho del otro con su arma, justo a la altura del corazón.— O dime, ¿De que otra forma podría matarte? Fallaste Tronos. —se inclinó para ver como la vida abandonaba los ojos del caza recompensas, segundo a segundo.— El castigo por tal fracaso es... La muerte.

Tronos usó su último aliento para una única frase, y quizás era un poco tarde para darse cuenta de que siempre se había arrodillado frente al líder equivocado, estaba seguro de sus palabras, era un decreto.

—Larga vida a la casa Tarron...

Un escalofrío cruzó la espalda de Morando, se sintió amenazado por las palabras de Madu, sonaban a una advertencia.

—Debería aprender esa lección, Coronel... —se alejó ignorando el sentimiento, llevándose consigo algo más que su arma ensangrentada, dejando detrás de si el cuerpo de Tronos, vacío, sin vida y sin alma.
...

—Altezas, me disculpo por mi demora, Morando actualmente tiene un Presagio en cada esquina. —uno de los miembros de la resistencia estaba junto a Izita para una reunión importante con los herederos.

Mary WangWhere stories live. Discover now