•34• Volviendo lo falso real

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Mi reacción positiva a la forma en la que me esta follando sobre esta mesa de la manera más bestial, no da la cuenta. Es decir ¿hace cuánto estuve a punto de llorar, frustrada, y hundida en malos recuerdos, nueve minutos, diez? Es increíble, pero no me mortifica haberme dejado llevar hasta el punto de permitirle apoyar la mano en mi cara mientras estoy bocabajo sobre la mesa y con las piernas separadas para que me folle a su antojo.

Su mano sujetándome el rostro contra la mesa pudiera ser molesta si no me estuviese haciendo sentir de esta manera. Cierro los ojos, porque me cansa mirar la misma imagen. Las sensaciones se agudizan y este nuevo nivel de placer tiene familiaridad con el que sentí la primera vez con la venda en mis ojos. No estoy tranquila, estoy gimiendo y disfrutándolo mucho , es anormal, y me encanta.

Detrás mío no escucho más que varios aplausos con las manos mojadas,  ya le he asignado varias muecas sexys al rostro de Jungkook mientras escucho sus jadeos y maldiciones.

Sin avisar, traslada la mano de mi cara a mi pelo, y no precisamente para acariciarlo. El primer halon llega a los segundos, boqueo aunque estoy preparada, me hala otra vez mientras maldice y tengo el turbio impulso de morderme los labios con una sonrisa lo bastante masoquista.

Estoy tomando su polla por completo con cada músculo de mis paredes vaginales, la lubricación es tanta que resbala demasiado y la penetración se interrumpe casi seguido porque su pene se sale, han sido tantas veces que me surge la insignificante duda de que no esté  lo suficientemente apretada y no le complazca.

No hallo la manera de no callarme, pero es imposible que pueda estar quejandome de placer constantemente.

El tercer halon de pelo me lo da con intenciones de acercarme. Me enderzo como puedo sin dejar de estar inclinada , el sudor me tiene la piel brillosa y puedo sentir una gota salir desde mi pelo cerca de la oreja.

De pronto noto su sobrealiento en mi oído y me preparo para oírle susurrarme algo con mucho morbo.

—¿Sabes, Hae? — Jungkook detiene sus movimientos sin dejar de penetrarme, yo me empino inconscientemente hacia atrás—estas dos veces que he tenido la oportunidad de follarte y sentirte mía me han hecho pensar detenidamente en lo falso que hay en decir que este matrimonio no es real.— estaba hablando demasiado y la verdad que estar en puntitas y con su carne dentro de mí me está volviendo loca. Es como que te pique y no puedas arrascarte.

—J-Jungkook eso n-no ¿por qué h-hblas de eso ahora?— termino la pregunta con un gemidito involuntario.

—No sé, pero es lógico, ¿verdad?— me coge la barbilla  con la mano que sostenía mi pelo y me gira el rostro hacia él.

Turno la mirada de sus ojos a sus labios hinchados y asiento totalmente convencida de que necesito que se mueva.

—¿Sí? — se ríe antes de retomar las embestidas lentamente como algo banal.— ¿Te gusta, HaeMi?

—S-s..ih... Oh, por Dios!— Jungkook coloca el brazo en mi espalda, colocandome de vuelta sobre la mesa, debo admitir que me he golpeado con su empujón , pero creo que sus embestidas lo justifican.

Jeon se encarga de separar más mis piernas. Yo tengo los ojos cerrados y la frente contra el cristal de la mesa mientras me tiene sujeta por el cuello y por la cintura. Su envite dice mucho de lo desesperado que está por hacernos llegar. Estoy muy mojada, la penetración es el sonido auténtico de un aplauso. El placer me nubla tanto los sentidos que creo que pierdo la noción del tiempo solo durante un pequeño ápice de segundo. He sentido cada contracción de mi orgasmo, y la verdad es que aunque esto sea maravilloso, agradezco que Jungkook se haya detenido ya porque una sobre estimulación sería más de lo que mi cuerpo podría soportar ahora mismo.

Casada Con Jeon.Where stories live. Discover now