•23• Más de ocho posiciones.

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HaeMi.

Entramos a uno de los baños entre besos y caricias calientes. Llegamos dando tras pies al lavado y entonces la senté a ella en este. HaeMi me hizo el correspondiente espacio entre sus piernas para seguirnos besando.
Sus manos tiran de mis cabellos mientras sus labios succionan los míos de la misma manera en la que lo hago yo con los suyos. Hay mordidas, jadeos, apretones. No se quien está más desesperado. Juro que no sé como no me he bajado los pantalones todavía y me he enterrado por completo dentro suyo.

HaeMi gime en mi boca cuando me restriego muy fuerte contra ella.

Mierda, no sé si pueda aguantar.

—Joder, Jungkook...— susurró, con la respiración echa un desastre. Veo lo susceptible que está gime de la más mínima cosa.

—¿Qué pasa, que beso muy bien, uh?— pregunté con la respiración algo acelerada. Aquí se oye menos la música.

—Tócame, hazlo... Jungkook...— me pide en susurros desesperados, por poco se le escapa un "por favor".

—¿Qué? ¿Me estás rogando acaso?— estoy aquí burlándome de su impaciencia cuando el botón del pantalón se me está al reventar de la erección descomunal que tengo.

—Sí, te estoy rogando, si es lo que quieres oír.— se deja hacer cuando le beso el cuello.

Esto hay que grabarlo.

Escondo las manos bajo su falda y engancho los pulgares en el bordillo de sus bragas.

Ella levantó el trasero, las bragas salieron por sus pies, y me encargué de echarlas en el bolsillo de mi pantalón. HaeMi abrió un poco más las piernas para mí, y le enseñé mi mirada más lasciva antes de salivar dos de mis dedos y tantear por su hendidura hasta entrarlos poco a poco.

HaeMi soltó un profundo gemido gutural, mientras que yo me acerqué a la curvatura de tu cuello para estimularle con besos y succiones.

Un segundo más tarde utilizo mi habilidoso pulgar en su clítoris. Tengo mi oído cerca de su boca, y puedo escuchar sus jadeos y sus gemiditos de placer. Joder, se queja demasido hermoso, me encanta y me excita tanto oírle.

Voy agregando rapidez a la masturbación y a las succiones en la sensitiva piel de su cuello pálido, a sabiendas de que mañana se descubrirán marcas notables. HaeMi me sostiene el rostro con las manos pidiéndome un beso que soy incapaz de negarle.

—Ahm...— cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás. Pero volvió a buscar el contacto visual. Bajó la vista a mi pantalón y tanteo por la cinturilla.

—Shh, estate quieta.— aparto su mano, concentrado en mis tareas.

Ella soltó un soplido de frustración —Jungkook, por favor...

Lo veía todo en su mirada.

—Aún no. Aún no.— arrimé los labios a su oído, cerrando los ojos momentáneamente, deleitándome con el olor embriagante de su piel y el champú floral de su pelo. Mis dedos masturabando con énfasis su coño mojado.

—M-maldita sea... nos estás torturando a los dos, Jungkook... —encerró un pedazo de mi pulover en su puño— Tú y yo sabemos que lo estás deseando.— susurra, y a mí la polla me late como nunca por el tono de su voz y la influencia de sus palabras.— estás deseando follarme... esa es la verdad.

Gruñí y, buscando a manera de establecer un indispensable contacto visual, sumí mi mano disponible a su cabello y le agarré de una manera para nada suave, entonces le alcé la cabeza. — La verdad... es que estoy deseando cambiarte de posiciones más de ocho veces y demostrarte que no habías sentido tanto placer en tu vida como el que yo puedo darte ¿sabes?

HaeMi sonrió mirándome,  si un día de estos le pongo la mano en el cuello y me sonríe así juro que no quiero nada más que esa imagen para masturbarme una semana.

—Pero eso no será hoy, nena.— termino mi discursito sonriendo ladino para luego plantarle un beso brusco en los labios, agachar  la espalda y enterrar la cara entre esos preciosos muslos.

Agarré del trasero para tenerle un poco quieta, dejando lametones feroces por toda su hendidura y sus labios Puedo olerle y probarle, y es casi igual a como lo imaginaba. Sus manos intentan tirar de mi pelo, pero no puede porque tiene que sostenerse del borde del lavado para no caerse.

Le penetro con la punta de la lengua sin muchos preámbulos, y juego con sus pliegues como se me viene en gana. Sus piernas tiemblan sobre mis hombros cuando encuentro su delicado punto de nervios y empiezo a chupar sin censura.

No me habré pasado más de diez segundos en ello cuando le oí soltar gemidos más agudos. Pude quedarme ahí abajo y dejar que se corriese en mi cara, pero quería verle cuando lo hiciera así que me erguí otra vez y le metí los dedos. Después de eso no tuve que insistir tanto , unos cuantos empujes más y su orgasmo estalló.

Me apiadé de lo anormal que tenía la respiración y del temblor de sus piernas y le puse las manos en mis hombros para que se apoye y descanse un poco de la posición, que ya debía serle incómoda.

—¿Qué, el segundo mejor orgasmo de tu vida?— pregunté mirándole desde arriba con sorna.

HaeMi intenta reírse con ironía, y se supone que me responde con la misma labia pero parece que está muy cansada así que apoya la frente en mi hombro.— Yo solo... necesito que me cambies de posiciones... ya.

Casada Con Jeon.Where stories live. Discover now