Like You Do ｡⁠*ﾟ⁠╹⁠Noritoshi Kamo╹⁠

15.

No sabía que tipo de relación tenía exactamente con Noritoshi, después de los entrenamientos salíamos juntos a un café cerca de la escuela, lo seguía acompañando en sus noches de estudio en la biblioteca en donde la mayoría del tiempo me quedaba dormida. Una de esas noche él se abrió conmigo contándome acerca de su pasado y la relación que que llevaba con su familia y yo me abrí con él contándole de como éramos solo mi padre y yo contra el mundo.

Cuando íbamos a misiones era tan terco y obstinado ya que no me dejaba involucrarme "por miedo a que saliera lastimada". Pero definitivamente mi momento favorito cuando estaba con él era cuando lograba hacerlo reír, tenía una risa tan dulce que me encantaba escucharla, si por mi fuera intentaría hacerlo reír todos los días, pero no siempre lográbamos vernos.
A pesar de estar juntos la mayoría del tiempo por los entrenamientos y misiones era divertido mantener la imagen acerca de nuestra enemistad con los demás, no hacían preguntas ni comentarios del por que entrenáramos juntos ya que poníamos la escusa de que así podríamos liberar el odio que teníamos.
Solo Miwa sospechaba de mi relación con Kamo ya que seguido lo veía entrar y salir de mi habitación, pero nunca nos cuestionó nada.

Navidad se acercaba y con ella el día en el que Geto liberaría las maldiciones, para ello me la pasaba entrenando para poder tener mayor control de mis rituales. Iba de camino a la biblioteca para descansar un poco con la esperanza de que ahí se encontrara Noritoshi, pero unas manos se interpusieron en mi camino para llevarme a uno de los salones.
El pelinegro se acerco por mi espalda dándome un fuerte y cálido abrazo.

-Hyori... no me evites -me pidió suplicante una vez que estuvimos a solas.

-No te evitó Nori. -estaba tan cansada últimamente que apenas revisaba mi celular o iba a la biblioteca.

-¿Qué es lo que sucede entonces? -se dio la vuelta para quedar frente a frente, su rostro delgado y pálido me pedían una explicación, dejando ver unas ojeras que adornaban su rostro, similares a las mías, él también la estaba pasando difícil. Acortó lentamente la distancia entre nosotros sin llegar a besarme. Sus besos y caricias eran mi debilidad y en nuestros últimos encuentros se habían multiplicado.

-Estoy cansada y no tengo mucho tiempo para nada, estoy constantemente en misiones y lo peor es que no son contigo, mi cuerpo esta resintiendo el cansancio, a pesar de que quiero dormir no logro conciliar el sueño. Entre la escuela, las misiones y no dormir no se cual me volverá loca primero -deje caer mi cabeza en su hombro, si le seguía viendo terminaría llorando, sentí sus brazos sujetarme con más fuerza sin romper el abrazo, sus manos acariciaban mi espalda con delicadeza, era de mis lugares favoritos en el mundo para esconderme.

-Todo mejorara pronto, solo tienes que resistir un poco más querida.

"Querida" amaba escucharlo, Noritoshi no solía demostrar mucho afecto, su forma de amar se basaba en dar abrazos y decirme querida, me era suficiente eso, podría estar con él horas abrazándole y no me iba a aburrir.

Tome un poco de distancia para poder verle a los ojos.

-Vuélvelo a decir.

-Todo mejorara pronto...

-No, eso no -le interrumpí mientras compartíamos una sonrisa, él sabia muy bien a lo que me refería.

-¿Puedo besarte, querida? -sus ojos brillaban mientras miraban mis labios, estaba tan cerca de mi cara pero no se acercaría a menos de que le dijera que sí.

-No tienes que preguntar.

Elimine la distancia entre nosotros besando sus labios, sabían a café y a mi me gustaba mucho el café. Sentí como sus manos me tomaban de las piernas para subirme a su altura, caminó un poco hasta recargarme en la pared mientras envolvía mis piernas alrededor de su cintura.

Pase mis manos por su cabello libreándolo de sus listones, me gustaba hacer este gesto, como si fuera mi forma de demostrare que se podía revelar en cualquier momento y estaría ahí para apoyarle.

El calor recorrió mis mejillas por la profundidad de sus besos sabor a café. Su mano derecha se quedo sujetando mi pierna mientras que con la izquierda exploraba mi cuerpo. Deje caer mi cabeza hacia atrás recibiendo en el cuello sus besos, mi piel estaba ardiendo ante su toque, estaba disfrutando demasiado esto, escuchar su respiración acelerada en cada beso, como callaba cada uno de los gruñidos que salían de él con mi boca era demasiado bueno para ser verdad.

Desabroche los primeros botones de mi camisa para que pudiera tener más acceso a mi piel, Noritoshi recorrió cada centímetro de mi piel con su lengua antes de regresar su atención a mis labios.

Amaba como hacia latir a mi cerrazón tan rápido, como aceleraba mi respiración y hacia que el mundo a mi alrededor desapareciera. Pero justo en este momento necesitábamos calmarnos o esto no terminaría en unos simples besos.

-¿Me querrías si fuera un gusano? -dije cortando el beso, mi respiración se sentía agitada y sentir su cuerpo tan pegado al mío me dejaba sin fuerzas de voluntad para no dar un paso más con los besos y caricias.

-¿Qué? -preguntó incrédulo el pelinegro.

-Responde, si un día me convierto en un gusano ¿me seguirías queriendo? -dije mirándolo fijamente esperando su respuesta. Intentaba distraer mi mente y la suya, su piel se sentía tan caliente deseando más, pero no lo podíamos hacer por las reglas del colegio.

-No, nadie se esperaría que te convirtieras en uno, probablemente te aplastaría... -guardó silencio al ver mi reacción ante su comentario, empecé a abrochar nuevamente mi camisa dispuesta a irme cuando me detuvo -Hyori, es broma... no llores, te seguiría queriendo si fueras uno -dijo dándome besos cortos por toda la cara -compraría un campo entero solo para ti si fueras un gusano, serías el gusano más hermoso que haya pisado la tierra. Por nada en el mundo permitiría que alguien te hiciera daño, prometo estar ahí para cuidarte y protegerte, aun si eres o no un gusano, eso es lo de menos.

-¿Y cuando las estaciones cambien, me seguirás queriendo?

-Claro que si Hyori, a cada momento, cada hora, minuto y segundo seguiré queriéndote. -dijo con una sonrisa en la cara.